viernes, 10 de agosto de 2012

‘Crónica de una muerte anunciada’

Jorge J. Aparicio Romero
Profesor y activista social.
jjromero29@hotmail.com

Luego de escuchar y leer en diferentes medios de comunicación los constantes escándalos en que se involucra el sector gubernamental y cada día surge uno nuevo y mayor al cual no ha escapado el sector educativo, quiero hacer un alto y llamar a la reflexión a toda la población Panameña.

No es de extrañar las luchas históricas que han enfrentado las Organizaciones Docentes serias y responsables por mantener diálogos de altura frente a temas en los que son actores principales, llevando día a día el peso y la responsabilidad de transmitir conocimiento, habilidades y actitudes a miles y miles de estudiantes en los diferentes Centros Educativos Oficiales del país, haciendo eco del “ser abnegado que cuida con amor de la Patria” y, que magistralmente conoce cada problema y necesidad en el campo educativo como nadie más podría conocerla, es por ello que cuando un docente habla su voz debería ser escuchada.

No se puede negar que ha habido algunos avances en educación durante los últimos años, pero estos no han sido consecuente a los avances económicos o comerciales que ha tenido el Estado Panameño, esto; es una clara evidencia de que no existe ni ha existido nunca ninguna propuesta de gobierno al tema educativo, y este es una prioridad fundamental y básica para el crecimiento y desarrollo económico de una Nación, solo se han dedicado a aprobar y desaprobar presupuestos sin mostrar el mínimo interés en cuál será la forma en que este va a ser utilizado. Durante esta administración se han realizado tal vez las mayores inversiones en este sector, pero, ¿a dónde fueron dirigidas estas inversiones, qué estudios científicos demostraron que estas eran las variables que había que enfocar con prioridad?

Hemos mantenido la tesis de que solo a través de un amplio estudio se pueden llegar a conocer las principales causas que influyen la calidad y la equidad de la educación panameña y, desafortunadamente no es la “transformación curricular de la educación media”, la que va a solucionar este gran problema. Lamentamos profundamente que luego de tres años de gobierno, sectores que se pronunciaron a favor de la “transformación” hoy reconozcan que no se vislumbra ningún resultado favorable a este proyecto, tal como quiso hacer ver cuando se presentó en el 2010, de esto solo queda un gran paquete de subsidios escolares que no lograrán transformar a ningún estudiante y que, por el contrario, se están convirtiendo en distractores del proceso de enseñanza.

La educación es una ciencia y por consiguiente una disciplina del conocimiento humano, es la mejor profesión del mundo, no genera riquezas materiales, pero sí espirituales, esto hace imprescindible que sea tratada como tal, respetada y venerada por todos los que de ella se han servido, para dirigirla no hace falta voluntad solamente sino capacidad y competencias, experiencias vividas en las aulas conocimiento del sistema desde adentro, pero claro, a ningún gobernante multimillonario le interesa quién esté al frente de la educación, a fin de cuentas sus hijos, nietos, bisnietos, tataranietos, etc. jamás pisarán una escuela pública, estas están destinadas para el pueblo; sí, ese mismo pueblo que cada cinco años escoge un nuevo gobierno que promete, promete y promete.

Finalmente, quiero referirme a los “famosos” cambios educativos presentados en 2010 como una alternativa al atraso de más de treinta años y era necesario comenzar de inmediato, porque había que eliminar de raíz las causas: exceso de ofertas educativas, falta de competencias en los docentes y estudiantes, falta de infraestructuras adecuadas etc. Esto daría como resultado un estudiante más capaz y preparado para enfrentar los retos de la industria, pero, ¿cómo podía un estudiante estar más capacitado al egresar de una escuela piloto si se eliminaron horas de taller, tienen profesores no idóneos dictando asignaturas sensitivas, porque estos se quedaron sin carga horaria, los talleres prometidos para estas escuelas no cumplieron sus cometidos, hoy el CONEP y APEDE, que ayer fueron cómplices de estos proyectos, miran con asombro el hecho de que luego de más de tres años no hay tal “transformación”, tal vez ahora puedan comprender lo que el sector gremial docente les ha reiterado en innumerables ocasiones, cuando les manifestó que ese no era el camino a seguir.

Lo lamentable es que se han malgastado miles de millones de dólares, tiempo y recursos valiosos, ¿y qué nos queda? Solo algunos meses para que esto termine y volveremos nuevamente al mismo circulo, un ministro impuesto por el Ejecutivo para hacer lo que se le ordene, “poner al docente en su lugar”, confundir a la opinión pública y al país respecto a la loable labor del educador, poner al pueblo en contra de quienes son los segundos padres de sus hijos, los que no solo enseñan, también son médicos, confidentes, psicólogos, sus mejores amigos, su paño de lágrimas. Con quienes comparten más tiempo quizás que con sus propios padres, los que tratan de corregir todas las malas crianzas que han aprendido. En fin, estos son los hombres y mujeres a los que los gobiernos le temen, ¿y por qué?, porque crean conciencia y dan luz a los pueblos para que actúen con fuerza y voluntad propia para que sepan discernir y tener valores. Llegará el momento en que alguien le pondrá la debida atención a la Educación como premisa fundamental del desarrollo de un pueblo como la única vía para liberarnos de la pobreza.

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