miércoles, 13 de noviembre de 2013

#vidacomún mis pensamientos... escritos... en mi día

… nacemos hombres y mujeres, con el tiempo unos se hacen ciudadanos... gente normal... nosotros... periodistas... ¿es una elección?, quizás, a veces las circunstancias nos traen por caminos inimaginados, con licencia o sin ella para imaginar lo que queramos... la “cosa” es que un día o quedamos en un aula estudiando “esto” o alguien nos da una grabadora y nos manda a hacer preguntas... tratamos de escribir, unos con más facilidad que otros (aclarando que saber escribir no es privativo de los periodistas, pero tampoco saber escribir hace periodistas...)... unos, con mucho talento... otros, con un talento medio... muchos, con más dotes de escritores de novelas, cuentos, poemas o... chistes que de noticias en el estricto significado de la palabra... la edad... la experiencia... los años corridos... las lágrimas por lo que nos atañe y lo que no... … de muchos... la sangre derramada... las horas de sueño... la entrega... los trescientos sesenta y cinco días y el cuarto añadido dedicados a esto... una vida de decirse, parecer... y ser periodista (una vez alguien dijo de mí “ella no tiene cara de periodista”... alguien, supuestamente defendiéndome, dijo “los periodistas no tienen cara”...) nos da ciertos derechos, como tener una opinión ilustrada o, por lo menos, con mucha información en las gavetas... o sobre los escritorios, o bajo la cama... lo que no nos da es plata... no a todos... ... ni reconocimientos sinceros... de esos que valen la pena... yo les llamo RESPETO... amo esta profesión que, al final debo admitir, ME ESCOGIÓ a mí, no yo a ella... yo soy abogada por vocación, aunque nunca, excepto un par de veces sin feliz término, he intentado buscar mi camino... pero, me quedé en esto, en el PERIODISMO, porque, lo crean o no, es adictivo... se te pega... y te pega... lo amas y muchas veces lo odias, sobre todo cuando quienes no saben siquiera lo que es esto pretenden decirte, no solo qué escribir, cómo escribir, sino qué pensar... y muchas veces... te prohiben escribir ... ser tú... te quitan tus derechos ciudadanos en nombre de la maldita objetividad, que no existe, ¡porque no somos objetos!... somos seres humanos, seres pensantes, que formamos parte de la sociedad, pero parece que al decidirnos por esta profesión, a diferencia de los abogados, médicos, ingenieros, arquitectos, enfermeras, educadores... buhoneros y demás... perdemos la ciudadanía y nos convertimos solo en voceadores de noticias, de las opiniones de otros... pero nos exigen intelecto, sentido común, conocimientos... ¡para ser papagayos! esas hierbas no se necesitan... pero, volvemos a la manta... te preguntas, si es que alguna vez lo haces, “¿qué puedo hacer por los demás, que no me cueste plata?”... no tengo... y resulta que te duele que haya gente que no tiene... o dice no tener voz, entonces tú (yo), que siempre te metes (me meto) en lo que no te (me) importa (supuestamente)... ahí quedas (quedo), haciendo lo que crees (creo) que puedes (puedo) hacer... ser la voz de otros, defender, de repente atacar, a veces hace falta, siempre en defensa de lo bueno (aunque hay quienes lo hacen en defensa de su bolsillo, intereses y demás, ¡no somos una legión de árcangeles!, ya lo sabemos, ¿cierto?... igual que no lo son los abogados, los médicos y los educadores, etcétera)... y seguimos en esto, porque, no solo es lo que sabemos hacer mejor, es lo que nos gusta hacer... yo no tengo tiempo, ni ganas siquiera, de hacer otra “cosa”... aunque me paguen mal (no hablo de plata, eso es otro cuento), aunque me insulten, me deseen lo peor, alguien se crea dueño de mis pensamientos y palabras y pretenda medirlos, los cuestione y los censure... pero esto es como la naturaleza misma... no lo puedes atar a tus deseos... por algún lado se sale, por algún lado revienta... no se puede controlar, contener, mutilar por mucho tiempo un alma de periodista... si insistes, pueden pasar dos cosas... lo/la matas... o se va... … no te va a matar, porque la mayoría somos gente de paz... ser periodista... ... es lo peor... y lo mejor que me ha pasado... a pesar de todo... a pesar... de muchos... A MIS COLEGAS... no les voy a decir 'felicidades' en este día... ya sabemos que merecemos la felicidad, como cualquier CIUDADANO O CIUDADANA de este país o del mundo... solo les diré, como creyente en Dios que soy... que Él los bendiga y guíe siempre... que espero que para ustedes esto que hacemos también sea lo mejor... ya sea que los haya elegido ella a ustedes o la hayan elegido ustedes a ella... demos un buen ejemplo a las nuevas generaciones de masoquistas que ya están y las que vienen... esto no es fácil, pero cómo se ama...