… nacemos hombres y mujeres, con el
tiempo unos se hacen ciudadanos... gente normal... nosotros...
periodistas... ¿es una elección?, quizás, a veces las circunstancias
nos traen por caminos inimaginados, con licencia o sin ella para
imaginar lo que queramos... la “cosa” es que un día o quedamos
en un aula estudiando “esto” o alguien nos da una grabadora y
nos manda a hacer preguntas... tratamos de escribir, unos con más
facilidad que otros (aclarando que saber escribir no es privativo de
los periodistas, pero tampoco saber escribir hace periodistas...)...
unos, con mucho talento... otros, con un talento medio... muchos, con más
dotes de escritores de novelas, cuentos, poemas o... chistes que de
noticias en el estricto significado de la palabra... la edad... la
experiencia... los años corridos... las lágrimas por lo que nos
atañe y lo que no... … de muchos... la sangre derramada... las
horas de sueño... la entrega... los trescientos sesenta y cinco días
y el cuarto añadido dedicados a esto... una vida de decirse,
parecer... y ser periodista (una vez alguien dijo de mí “ella no
tiene cara de periodista”... alguien, supuestamente defendiéndome,
dijo “los periodistas no tienen cara”...) nos da ciertos
derechos, como tener una opinión ilustrada o, por lo menos, con
mucha información en las gavetas... o sobre los escritorios, o bajo
la cama... lo que no nos da es plata... no a todos... ... ni
reconocimientos sinceros... de esos que valen la pena... yo les llamo
RESPETO... amo esta profesión que, al final debo admitir, ME ESCOGIÓ a mí, no yo a ella...
yo soy abogada por vocación, aunque nunca, excepto un par de veces
sin feliz término, he intentado buscar mi camino... pero, me quedé
en esto, en el PERIODISMO, porque, lo crean o no, es adictivo... se
te pega... y te pega... lo amas y muchas veces lo odias, sobre todo
cuando quienes no saben siquiera lo que es esto pretenden decirte, no
solo qué escribir, cómo escribir, sino qué pensar... y muchas
veces... te prohiben escribir ... ser tú... te quitan tus derechos
ciudadanos en nombre de la maldita objetividad, que no existe,
¡porque no somos objetos!... somos seres humanos, seres pensantes, que
formamos parte de la sociedad, pero parece que al decidirnos por esta
profesión, a diferencia de los abogados, médicos, ingenieros,
arquitectos, enfermeras, educadores... buhoneros y demás... perdemos
la ciudadanía y nos convertimos solo en voceadores de noticias, de
las opiniones de otros... pero nos exigen intelecto, sentido común,
conocimientos... ¡para ser papagayos! esas hierbas no se
necesitan... pero, volvemos a la manta... te preguntas, si es que
alguna vez lo haces, “¿qué puedo hacer por los demás, que no me
cueste plata?”... no tengo... y resulta que te duele que haya gente
que no tiene... o dice no tener voz, entonces tú (yo), que siempre te
metes (me meto) en lo que no te (me) importa (supuestamente)... ahí
quedas (quedo), haciendo lo que crees (creo) que puedes (puedo)
hacer... ser la voz de otros, defender, de repente atacar, a veces
hace falta, siempre en defensa de lo bueno (aunque hay quienes lo
hacen en defensa de su bolsillo, intereses y demás, ¡no somos una
legión de árcangeles!, ya lo sabemos, ¿cierto?... igual que no lo
son los abogados, los médicos y los educadores, etcétera)... y
seguimos en esto, porque, no solo es lo que sabemos hacer mejor, es
lo que nos gusta hacer... yo no tengo tiempo, ni ganas siquiera, de
hacer otra “cosa”... aunque me paguen mal (no hablo de plata, eso
es otro cuento), aunque me insulten, me deseen lo peor, alguien se crea
dueño de mis pensamientos y palabras y pretenda medirlos, los
cuestione y los censure... pero esto es como la naturaleza misma...
no lo puedes atar a tus deseos... por algún lado se sale, por algún
lado revienta... no se puede controlar, contener, mutilar por mucho
tiempo un alma de periodista... si insistes, pueden pasar dos
cosas... lo/la matas... o se va... … no te va a matar, porque la
mayoría somos gente de paz... ser periodista... ... es lo
peor... y lo mejor que me ha pasado... a pesar de todo... a pesar...
de muchos... A MIS COLEGAS... no les voy a decir 'felicidades' en este
día... ya sabemos que merecemos la felicidad, como cualquier
CIUDADANO O CIUDADANA de este país o del mundo... solo les diré,
como creyente en Dios que soy... que Él los bendiga y guíe
siempre... que espero que para ustedes esto que hacemos también sea
lo mejor... ya sea que los haya elegido ella a ustedes o la hayan elegido
ustedes a ella... demos un buen ejemplo a las nuevas generaciones de
masoquistas que ya están y las que vienen... esto no es fácil, pero
cómo se ama...
miércoles, 13 de noviembre de 2013
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