Esta mañana casi me
da un infarto, salí como todos los días a revisar a mi compañerita
Candy, darle su comida, agua fresca, limpiarle su casa y hablarle
como si me entendiera... eso es todos los días, sin excepción, unos
más temprano que otros... La vi echadita al fondo de la casita que
tiene en el patio, me preocupé porque pensé que se sentía mal y
comencé a llamarla, estaba sin lentes, así que me costaba ver bien,
hasta que... se hizo la luz y mis asombrados ojos casi quedan
cuadrados... algo se movía junto a ella... y ella parecía preocupada,
me miraba como diciendo “me vas a regañar”... uno... dos...
tres... cuatro... ¡cinco bebés!... ¡Y yo no lo sabía! Sí había
notado que hacía unas semanas estaba comiendo mucho, ella por lo
general se come su alimento poco a poco y se pasa como tres días que
no tengo que llenar su plato, solo completarlo. Últimamente todos
los días encontraba el plato limpio, pensé que era porque le estaba
humedeciendo el alimento, pero no, parece que su apetito creció por
sus cachorros en camino. Ahora, ella es bien ¡top model!, el lunes
pasado, que la bañé y jugué con ella todo el día, no se le notaba
nada... siempre estuvo “fit”, ¡qué tramposa!... Aún no salía
de mi asombro cuando escucho a las cacatúas de mis vecinas (ahora
entenderán por qué lo de cacatúas). Una llama a la otra, “ven a
ver”, estaban asomadas, yo fui a acomodar a Candy y los bebés, a
ponerles camita limpia, a quitar cosas que los podían lastimar, y me
preguntan que cuántos son, yo aún no sabía si estar enojada o
contenta, son tan lindos, creo que nacieron en la madrugada de hoy.
Les dije “me preñaron la hija en la casa y no entiendo, porque
aquí no puede entrar perro de la calle, y ella no sale, porque
siempre está encadenada, porque es muy traviesa”. Hasta ese
momento no lograba entender nada, hasta que una dijo: “Estoy en
shock, Chezno no cruza para allá”... la miré sin decir una
palabra, ¡sé que la miré muy mal! “¡Chezno!”, pensé que ese
perro ya no estaba allí... y qué casualidad, de los cinco, que aún
no sé si son hembras o machos (el estado de sorpresa no me dio para
mirar nada), creo que al menos cuatro se parecen al casanova en
mención. Pero, vean la condenada cómo se limpió en seguida,
“Chezno no cruza para allá”. ¿Qué quiso decir, que Candy,
ENCADENADA, lo fue a buscar? Así mismo actúan muchos padres y
madres de esos hombres irresponsables que andan preñando mujeres por
ahí y no se hacen responsables... Ahora, aún no paso la sorpresa,
tengo que ver qué hago, porque si bien el yerno no me disgusta, es un perro precioso, y alguna vez hablé con el antiguo dueño
de cruzarlos, no era el momento. Pero ni modo, soy abuela pues... y
ahora me he pasado toda la tarde preocupada con si llueve, con si
hace mucho calor, con si estarán bien... me entró la abuelazón
rápido... Es que me ENCANTAN LOS PERROS... Y después de todo, como
dije, el yerno está lindo... jajaja... y mi Candy está hecha toda
una mamá... solo espero que las cacatúas no pretendan que les dé
ninguno, a menos que paguen alimentación... 11 de octubre de 2014, 6:49 pm.