domingo, 20 de diciembre de 2009

Hermano.. solo un par de palabras

(Publicado en el diario La Estrella de Panamá el 20 de dicembre de 2009)

Por Doris Hubbard-Castillo*
Todos los días te recuerdo, no solo hoy. Estás en ese mismo lugar de mi corazón en el que guardo la presencia de mi madre. Solo que contigo a veces me sorprendo pensando: "ojalá uno de estos días me deje en ridículo por haber escrito sobre él y su muerte.. y aparezca vivo...".

Pero.. eso es solo porque no tengo una tumba a la cual llevarte flores, una en donde esté segura de que reposan tus restos mortales, lo cual me daría la certeza de que -de verdad- no estás; contrario a lo que pasó con mamá, a quien yo misma vestí "con ropa cómoda", como le gustaba, para sepultarla.

Han pasado 20 años y no puedo evitar la emoción y las lágrimas cuando te escribo, recordando —entre otras cosas— tu alegría y cariño al saludarme y ese orgullo que demostrabas cuando me presentabas a tus amigos y les decías: "ella es mi hermana...". Así me llamabas: "Hermana", quizás queriendo reforzar con tus palabras ese lazo sagrado que nos unía.

Me duele lo que muchos panameños dicen sobre por qué murieron tú, varios de tus amigos y otros miles de panameños, intentando incluso justificar el hecho. Pero lo más importante es que no estás ni sé dónde podrás estar.. físicamente, porque en cariño, en sangre, estás en mí, eso sí lo sé y así siempre será.

*"Hermana" de Alejandro Antonio Hubbard Torrero.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Jesús Alberto Labastida, hasta luego, amigo...

(Publicado en La Estrella de Panamá el lunes 7 de diciembre de 2009)

Doris Hubbard-Castillo

Lo conocí en mis inicios como periodista, en mi primer trabajo con lo que se podría llamar un salario real, allá por los 80, cuando él, locutor de cabina, y yo, estudiante de periodismo en mi último año de la carrera y reportera del noticiero, trabajábamos en La Exitosa.

Como siempre en este medio, muchos tendremos anécdotas de Jesús Alberto Labastida, sobre todo por ser un bromista empedernido, pero siempre amable, respetuoso y excelente compañero, incluso, en lo que a mí respecta, en algún momento, consejero. Definitivamente, al hablar de él todos recordaremos su buen sentido del humor... permanente, lo que hacía ver su alegría de vivir, además de esa sinceridad que se le sentía en el trato con todos los que teníamos relación con él.

Sabía que Labastida, para mí “Laba”, había estado enfermo, y uno de estos días pregunté por él, pero no recibí noticias; hasta ayer, cuando escuché a otro de nuestros valores de la radio, Pacífico Orozco, que también trabajó con nosotros en La Exitosa, hablar en KW-Continente sobre lo que para mí era la primicia de su muerte.

Escalofríos, lágrimas y una gran tristeza por el amigo que se fue, pero también la certeza de que deja excelentes recuerdos y su página imborrable en la historia de la radio panameña, escrita con talento, dedicación y amor. ¿Más consuelo?, además de haberme distinguido con su aprecio y amistad, la certeza de que solo muere quien es olvidado y con Labastida eso no pasará, porque siempre estará presente en la bitácora de nuestras vidas personales y profesionales.

El trabajo en los medios de comunicación es difícil, lleno de insatisfacciones de muchas clases, pero si hubiese una sola satisfacción que exaltar, sería el conocer a personas excelentes, con gran calidad humana y profesional, que marcan nuestras vidas, no solo con un buen ejemplo como profesionales, sino con sonrisas y cariños y que, pese a que vamos de un medio a otro y no nos vemos con frecuencia, siempre perdura ese sentimiento de pertenencia del compañero, del amigo, y sabemos dónde estamos, qué hacemos, nos apreciamos, nos queremos, nos respetamos... y no nos olvidamos ni nos despedimos de quien parte primero... solo nos decimos... “hasta luego, amigo...”.

jueves, 8 de octubre de 2009

Gobernar, ¿cómo?, la gran incógnita

(Publicado en La Estrella de Panamá el 8 de octubre de 2009)

Doris Hubbard-Castillo*
Me tomé el trabajo de buscar una definición de "gobernar", pero ninguna de las que encontré me satisfizo, por lo que ahora creo que entiendo el que muchos gobernantes no tengan idea de lo que trata su "trabajo", pues, en caso de que por lo menos lean, nadie les ha escrito ni una definición o tratado aceptables para que sepan qué es gobernar. Porque quizás su prepotencia visceral no les da para reconocer que no saben cómo hacerlo y menos para aceptar consejos —entiéndase asesoría—, por lo que si alguien se toma el trabajo de escribirles bien y clarito sobre el asunto, quizás a escondidas lean y aprendan o tomen una ligera idea.

Sobre el tema encontré, sin embargo, desaciertos como "Gobernar es el arte de crear problemas con cuya solución se mantiene a la población en vilo" (Ezra Loomis Pound (1885-1972), crítico y poeta estadounidense). Lo que al estilo panameño es meter la pata, improvisar, establecer un sistema de ensayo y error, según el cual "hacemos", pero "sin consultar ni las leyes, ni a otros que sepan algo más del asunto y si alguien se queja, corregimos, hasta que se nos acabe la suerte... y la reguemos completamente". A fuerza de ser honesta debo señalar que esto no solo ocurre en estos días, antes también nos ha pasado.

Algo que me desalienta más es que en mi búsqueda encontré que en algún momento —mal momento— el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que gobernar a veces conlleva "la necesidad de improvisar". Digo que me desalienta, porque se me ocurre que a "alguno" se le puede también ocurrir tomar tales afirmaciones como justificación para meter constantemente y sin sonrojo sus extremidades inferiores con la licencia que supuestamente le da el que uno de la "madre patria" le haya dicho que "podéis hacerlo, es más, se espera que lo hagáis".

Aunque, desconfiada como soy de todo gobernante, sea un "europoso" o de mis "cocontinentales", me imagino que el español dijo semejante ..., porque quiere cubrir las metiditas de pata que tenga por ahí, haciéndose el gracioso y dejando plasmado que allá los gobernantes hacen más de lo que las leyes les permiten, lo que acá no se hace... ¡já!

¿Cien días?... cien días no le enseñan a nadie cómo gobernar, el conocimiento se debe llevar al compromiso, ya sea que lo ponga "el jefe" o que tenga la sapiencia o astucia —que no necesariamente está acompañada de la sapiencia— de rodearse de un equipo que le diga cómo se hace, o sea, asesores, lo cual es lo de esperar, por eso se habla de "equipo de gobierno". Pero, así como "el jefe" debe estar consciente de su necesidad de escuchar lo malo y lo feo, sin hacer pataletas ni botar a nadie, este debe ser un equipo que no esté solo preocupado por conservar puesto, salario y permanencia en el círculo íntimo de "el jefe". Porque se debe decir la verdad, algo así como —en palabras elegantes y diplomáticas, pero claras— "¡ese discurso es un plomo!". Rodearse de gente que no se atreve a contradecir, pero que aplaude todo lo que se hace sin señalar los yerros, es una autosentencia al fracaso o, cuando menos, al ridículo constante.

Estos cien días que hemos vivido, han estado llenos de expectativas, más sorprendidos que sorpresas, desaciertos y, creo, que algo de buenas intenciones, pero bien reza el refrán que de ellas está empedrado el camino al Infierno. Todos debemos estar preocupados porque nuestro gobierno sea bueno y haga su trabajo mejor, con transparencia y acierto, porque todos estamos en este barco y a donde vaya él iremos todos, por lo que fuera de la afinidad política y de la hilaridad que a algunos les causen las metidas de pata de quienes gobiernan, debemos estar vigilantes y dar lo mejor de cada uno, ya sea como parte del gobierno o como gobernados. Sobre todo cuando no existe una oposición organizada y coherente que haga el contrapeso, no para oponerse a todo oficiosamente, sino para dar el balance que toda democracia requiere.

Aquí debo dejar claro que en nada ayudan quienes, en lugar de estar trabajando bien, sin meter las patas, se dedican a aplaudir las "ocurrencias" de "el jefe" y a atacar a quienes nos atrevemos a decir: "Señor, con el respeto que Usted se merece, eso está mal".

Para esos que están solo aplaudiendo y buscando cómo descalificar a los demás, traigo a colación lo que sentenció Alonso X El Sabio, rey de Castilla y León, —lógico, guardando las proporciones—, "Los que dejan al rey (mandatario) errar a sabiendas, merecen pena como traidores". Haga sus cuentas, Señor Presidente, siempre nos resulta mejor un adversario honesto, que un "aliado" —así entre comillas— hipócrita y bribón.
*Ciudadana y periodista.

domingo, 20 de septiembre de 2009

¡Jo... al pie de la letra..!

(Publicado en La Estrella de Panamá el 20 de septiembre de 2009)

Doris Hubbard-Castillo

Nunca había visto tal efectividad al aplicar lo “ordenado”. El presidente dijo: “Pueden meter la pata...”, y un montón de su gente le tomó la palabra al pie de la letra, hasta autoridades municipales. Si llegan a aplicar la otra parte de la “orden” —“... pero no la mano”— con la misma eficiencia y obediencia, este presidente pasará a la historia como el único gobernante que evitó que hasta el más mínimo recurso estatal cogiera caminos desconocidos.

Es increíble, o mejor dicho, ¡absurdo!, el talento demostrado en tan poquitos días para meter la pata hasta la ingle. Acepto que es de humanos errar, pero no es normal en humanos pensantes errar tan de seguido y en forma tan burda, que es como para alquilar balcones para ver esta vaina.

Señores, gobernar es algo serio, esto no es un club de amigos del barrio, no es la casita del árbol ni siquiera el club de los amigos panzones que se reúne los sábados a tomar cerveza y dizque jugar al sófbol. Es un Estado el que tienen entre sus manos, el destino de 3.4 millones de habitantes, entre los cuales están sus propios hijos y nietos. No se puede improvisar todos los días, para todo, y después decir: “¡Oops!”.
Al principio parecía simpático y se decía: “Bueeeno, es el gobierno de los locos, jajajá”, pero ¡ya!, eso era solo un dicho, ya queremos ver gente organizada, que no hace las cosas a rajatabla, que no usa la excusa de que “se quiere solucionar” para actuar “como sea“, sin respetar Dios ni Ley, ni medir consecuencias o pensando: “Si nos equivocamos echamos para atrás”.

Al presidente: Este pueblo, además de estar desesperado porque las cosas cambien —¡más nunca uso lo de “estar loco por...”!—, es exigente, así que aunque quiere que las soluciones lleguen rápido, las quiere buenas y permanentes.

A su equipo: Aquí no funciona aquello de “el presidente es el dueño de todos los errores del gobierno”. ¡Nooo, qué vaaaaa, aquí se le da a cada cual lo que le toca! El que insista en meter la pata será identificado, y lo más seguro es que le demos la medalla al mérito “Metepata 2009-2014”.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Libertad de expresión, ¿hasta dónde?

(Publicado en La Estrella de Panamá el lunes 14 de septiembre de 2009)

Doris Hubbard-Castillo

Como periodista me resulta doloroso cuestionar la base de mi profesión. La libertad de expresión. Sin embargo, al ejercer, hoy, tal derecho me encuentro —con demasiada frecuencia— con que no todos reconocemos que tal derecho también tiene responsabilidades.

Descalificaciones de toda índole, insultos, acusaciones sin pruebas —porque no las hay—, etc., las cuales vienen de gente que no soporta que alguien se atreva a opinar... y encima diferente a ella. La mayoría se esconde cobardemente tras el anonimato; otros, abanicando su “derecho a la libre expresión”, supuestamente, firman las acusaciones —“Lamento que ... piense así, algún interés debe tener...”, o “quiera a su país, no (a) su bolsillo y sus intereses mezquinos”—.

Cada ladrón juzga por su condición”, suelen decir, así que supongo que quienes abusan del derecho a la libre expresión para descalificar a otros haciendo acusaciones tales, lo hacen porque a ellos les pagan como “tropa de choque” para atacar al que opine contrario a sus ¿amos?

Les cuento... mi familia sufrió la persecución de la dictadura. Mi padre tuvo prácticamente que encerrarse en Colón, y cada vez que yo coincidía con un “policía” me recalcaba lo “mal” que papá se portaba... siempre la amenaza tras la sonrisa hipócrita y la palmadita en el hombro del que me decía, “aprecio a tu papá, pero habla mucho”; uno de mis hermanos por parte de madre hasta Coiba fue a dar, tuve que revolver el mundo para que lo soltaran, sin saber, hasta que regresó, a dónde lo habían llevado; mi teléfono estuvo intervenido no sé cuánto tiempo; y alguna vez recibí un mensaje que me llevaba algún “amigo”... Aunque también recuerdo que en nosotros jamás hubo cobardía, pese al miedo.

Muchos de los que hoy están en el gobierno o lo apoyan saben de qué hablo. Espero que no promuevan ni respalden acciones que nos recuerden esos tristes días... a los “batalloneros”, que atacaban a quienes se atrevían a disidir, ni las campañas de difamación de las que muchos fueron víctimas.

viernes, 4 de septiembre de 2009

“Panamá y el futuro de sus océanos”

(Publicado en La Estrella de Panamá el viernes 4 de septiembre de 2009)

Doris Hubbard-Castillo*

Un gran acontecimiento se desarrollará en Panamá durante las dos últimas semanas de este mes y los primeros días de octubre, grande por su importancia para nuestra vida en este Planeta, señores, el único que conocemos; y es que, “por quinto año consecutivo, organizaciones ambientalistas e instituciones gubernamentales y educativas se unen para celebrar el Mes de los Océanos 2009, con el lema “Panamá y el futuro de sus océanos”.

Ese es un esfuerzo que no solamente debemos apoyar con nuestro aplauso, sino con nuestras acciones, todos debemos poner nuestra gran roca de colaboración, porque es por todos nosotros y nuestras generaciones descendientes, a la cuales estamos amenazando con nuestra irresponsabilidad e indiferencia.

Con las actividades que se realizarán se tiene el propósito de elevar nuestra conciencia, yo diría más bien, despertarla, “sobre el papel e importancia de los océanos”, porque “los mares y océanos nos proveen alimento y oxígeno; son medio de transporte y sitio ideal para deportes, entre otros. Como sociedad debemos cuidar, vigilar e invertir recursos para proteger esta riqueza y ser garantes de su estudio e investigación y de que explotación y aprovechamiento sean sostenibles”.

Me presto, gustosamente, a promocionar estas actividades, porque me siento obligada a dar mi mano. Son varias las instituciones, públicas y privadas, las que han unido esfuerzos para desarrollar un calendario de actividades, que inicia el 15 de septiembre y finaliza el 4 de octubre, mismo que incluye: foros, concursos de esculturas de arena (¡qué divertido!), jornada de limpieza de playas y costas (¡urgente!, si ensuciamos tenemos que limpiar, y no solo las playas y costas, todo), exposición de fotografías, un día familiar, una limpieza submarina en Cacique y hasta un triatlón en Sherman.

Quienes estén interesados, pueden solicitar información completa a: mesdelosoceanos09@yahoo.com.

domingo, 30 de agosto de 2009

¿“No nos interesa”?, pues, a mí sí...

(Publicado en La Estrella de Panamá el sábado 28 de agosto de 2009)

Doris Hubbard-Castillo

Una pobre imagen comenzamos a dar los panameños, por primera vez, en lo que a hermandad internacional se refiere. Primero la necedad de sacar a Panamá del Parlamento Centroamericano (Parlacen), utilizando argumentos solo sostenidos por la lengua que los suelta, pero que para quienes tenemos buena memoria parecen el resultado del enojo del señor presidente, no como presidente de la República, sino como presidente de su partido, porque sus candidatos no fueron siquiera aceptados.

Me pregunto si la ojeriza contra el Parlacen existiría si esos candidatos estuvieran allá, creo que no e incluso, como ya lo han hecho otros que hablaron pestes del organismo y después se fueron a meter allá y hasta propuestas hacían, lo defendería y justificaría su existencia.

En lo particular tengo mis criterios muy personales sobre si los panameños somos centroamericanos o suramericanos, pero ahora lo importante es que lo que no somos es una isla político-social ni queremos serlo.

Por otro lado, el ministro de Gobierno y Justicia, ex canciller también, al referirse a la expatriación de 56 africanos dice, que “Son personas con diferencias de todo tipo que no tienen nada que hacer aquí”. “No nos conviene ni nos interesa”.

¿Cuáles son las “ diferencias ”? No entiendo, porque son lo más parecidos a la mayoría de la población panameña, pero sobre todo son seres humanos, cuyos motivos, antes de repatriarlos, hay que revisar.

Me imagino que al decir “ no nos interesa ”, el “ Señor Ministro ”, haciendo uso de esa mala costumbre de muchos de hablar de sí en plural o tercera persona, se refiere a sí mismo, porque, aunque los panameños tenemos muchos problemas, jamás pueden decir que no nos interesa el dolor ajeno ni nos importan las carencias y peligros que han pasado esas personas que se arriesgan a salir en busca de una esperanza.

Debemos proteger nuestros intereses, pero en esa operación no podemos deshumanizarnos, ¡eso jamás!

martes, 11 de agosto de 2009

Por los que gritan quedito...

Doris Hubbard-Castillo

Es simple, bajo presión, ¡nada! “Señores transportistas, dejen las medidas de presión a un lado... y comencemos a analizar los problemas del sector, incluidos los que los afectan a ustedes...”. Esa es una parte del mensaje que quisiera que el gobierno le hiciera llegar a los transportistas, apoyado absolutamente por una población harta de ser abusada por todos los que dan algún servicio.

En gobiernos anteriores, porque no puedo hablar de que este haya hecho nada, porque si no lo recuerdan tiene apenas 43 días de ser, al sector transporte se le dieron apoyos en diferentes cuantías, hasta se les “becó” para darles seminarios. Fueron varios los intentos, ninguno siquiera con resultados medio buenos, para que se lograra, al menos, un cambio de actitud.

Todos somos usuarios de varios servicios, pero la gran mayoría de los panameños lamenta ser usuaria también del transporte, por ello de repente resulta que alguien como yo, que maneja opinión, decide quitarse la camiseta de periodista y quedarse solo con su piel de ciudadana, no por emotividad ni por interés político alguno, sobre todo cuando políticamente no soy afín a este gobierno, sino porque precisamente tengo una facilidad que no tiene la mayor parte de la ciudadanía, escribir, hablar y que alguien, por lo menos lea o escuche lo que digo, y que se entienda que es solo una voz que dice un poquito más alto lo que la gran mayoría grita, pero que parece que lo hace muy quedito, porque nadie se da por enterado.

Como por ejemplo recordarle al gobierno que es el representante de toda la población, a la cual se debe; y a los diferentes sectores de la sociedad que deben tener presente que el interés de la mayoría debe primar sobre cualquier otro interés, lo cual no quiere decir que se desconozcan sus derechos, pero sí que se les va a llamar a capítulo cuando sus acciones atenten contra el bienestar de la mayoría.

Para terminar, recuerden también que “Gobernar es pactar; pactar no es ceder”, Gustavo Le Bon.

lunes, 10 de agosto de 2009

Los transportistas y mis derechos

Doris Hubbard-Castillo

Haciendo historia, cuando Omar Torrijos les dio “el machete” no era para que le cortaran la cabeza a la ciudadanía usuaria del servicio, que prestan porque el Estado les otorga la concesión, misma que han convertido en un bien personal que venden e incluso heredan a sus familiares, pero dan un servicio que cada día es peor y no muestran ninguna intención de querer mejorarlo, pese a sus eternas promesas gobierno tras gobierno.

No sé hasta dónde el gobierno actual haya hecho acuerdos con los transportistas cuyas candidaturas apoyó, pero lo que sí sé es que ninguno de esos acuerdos puede estar por encima de mi derecho a tener a disposición un servicio público de transporte acorde a mi dignidad humana. Lo que tenemos actualmente puede ser definido como transporte para carga muerta ni siquiera para ganado vivo rumbo al matadero.

Si queremos exagerar y buscarle las cinco patas al “micho” , así como los transportistas, apenas ven que no se van a salir con las suyas, piden diálogo, pero con una espada sobre la cabeza de la contraparte, podemos decir, entonces, que la necesidad de transporte de la ciudadanía puede ser considerada un asunto de seguridad nacional, porque la falta de él atenta en contra de otra seguridad, la económica; además de violar el derecho de libre movilización de la ciudadanía.

De ser así, además de que los transportistas hacen usufructo de un bien del Estado, entiéndase Pueblo , pero no cumplen con su parte del “trato” , diremos, pues, que si mañana yo intento llegar a La Estrella y no puedo, porque ninguno de los buses llenos hasta la puerta, con asientos rotos, alambres sueltos, malolientes y conducidos como almas que lleva el Diablo, que usualmente llevan uno, dos o tres “pavos” “rofiones” , más la “amiguita” del conductor está disponible, le corresponde al Gobierno Nacional hacer respetar mis derechos.
Y eso espero que haga.

*Primero que todo, ciudadana de este país.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Hablando de niños y jóvenes

(Publicado en La Estrella de Panamá el 5 de agosto de 2009)

Doris Hubbard-Castillo

Seguiré con el tema, porque da para mucho, tanto por el lado bueno como por el no bueno. Hoy, solo quiero hacer una pequeña reflexión como la niña y joven que alguna vez fui y como la adulta que ahora comparte la responsabilidad de criar a varios chicos y una chica preciosa y súper consentida. Y comenzaré así en llano, porque el espacio es corto. A cualquier persona, de la edad que sea, pero sobre todo a una muy joven, difícilmente se le convence de enderezar el camino a los trompones y con palabras ofensivas.

He percibido una tendencia en ciertos “expertos” a referirse de manera ofensiva a los “infractores”, ya sea por andar en pandillas o haciendo de las suyas solos e incluso sobre una joven bella, pero no tan culta. Como si quien utiliza palabras más fuertes para calificar, más que a las malas acciones, a quienes las ejecutan, fuera el más docto en el tema.

Para pelear se necesitan dos, y esos dos no necesariamente serán dechados de virtudes en cuanto a diálogo se refiere, por ello pelean... y... ¡qué tal!... se requieren mediadores. Y los que usualmente son llamados a mediar son los “expertos”, pero si los “expertos” usan el mismo lenguaje de la “gente común”, sobre la cual recae gran parte de la responsabilidad de lo que sucede, y sueltan expresiones como “delincuentes genéticos”, “enfermos por el sexo”, etc., etc., etc. y todas esas etcéteras en mayúsculas cerradas, me quieren decir... ¿quién... va a mediar?

Ya sabemos que hay un problema serio con nuestra niñez y juventud. Muchos de ellos tienen una mala actitud, por la que se muestran renuentes al diálogo, al consejo, a la orientación, pero... ¿lograremos cambiar la situación actual con la palabra dura, prejuzgando, concluyendo que genéticamente son malos?

De una amena conversación con el Dr. Carlos Russell, quien ha trabajado con chicos pandilleros en el Bronx, concluí, entre otras cosas, que si los adultos pensamos y actuamos así, no podremos hacer nada... ni por ellos, ni por nosotros...

Se necesita determinación y carácter para corregir a un niño, niña o joven de conducta "difícil", pero debemos ser sabios, como adultos, en el manejo que le vamos a dar a la situación. Sabiduría que no estoy segura de que la contengan los libros sobre conducta humana y demás, donde, como en cualquier libro sobre teorías de cualquier ciencia, está exactamente eso, la teoría. La "práctica" nos la da la vida y nos la mejora el amor y el deseo porque realmente nuestros muchachos y muchachas tengan un futuro prometedor, basado en una buena educación académica, reforzada por una sólida formación moral y espiritual, la cual todos necesitamos.

miércoles, 29 de julio de 2009

Los menores y la autoridad

(Publicado en La Estrella de Panamá el miércoles 29 de julio de 2009)

Doris Hubbard-Castillo

La rebeldía en la niñez y juventud es tan natural como su alegría y curiosidad, no es cosa que nos debe extrañar. Tan natural como esperada. Sin embargo, como en todo, los excesos sí nos deben preocupar. Pues, una cosa es esa rebeldía natural en niños y jóvenes, que pasan por etapas difíciles de formación y adaptación, por las que todos pasamos, y otra es que esa rebeldía se convierta en una conducta nociva que perjudica, tanto a ellos mismos, como a su entorno familiar y social.

No es descubrir el fuego, sino más bien llover sobre mojado, señalar las conductas, diré, no adecuadas, de muchos niños y adolescentes, demasiados para mi gusto y expectativas sobre lo que representan para el futuro de todos. Hoy, es lamentable percibir la falta de educación y cultura en este sector de la población, y para mí lo más triste y lamentable es esa actitud de pocoimporta que muchos dejan ver sin el menor sonrojo. Encima, unidas al desinterés por la educación y la cultura, están las actitudes desafiantes, agresivas, el irrespeto a todos los demás, sean sus pares o menores y mayores. Una situación que debemos tener presente que, es como la violencia intrafamiliar, no es exclusiva de ninguna clase social ni raza, solo que a unos, por no tener poder de ningún tipo, sí se les vapulea públicamente, y a otros, que sí lo tienen, no.

No me gusta escribir para tirarle piedras a nadie, prefiero resaltar lo bueno, sobre todo cuando se trata de niños, niñas y jóvenes, entre los cuales considero justo darle notoriedad a esos miles de ellos que a diario se esfuerzan, muchos apenas con una taza de café y un pedazo de pan en el estómago, por educarse y por llevar una conducta adecuada sin perder su esencia. Sin embargo, es tan peligrosa la deformación social de que está padeciendo un gran número de nuestros muchachos y muchachas, que no podemos callar y mirar para otro lado. Es urgente que se busquen los mecanismos para rescatarlos, incluso de sí mismos.

viernes, 24 de julio de 2009

Veinticuatro días de 'show' e improvisación

Doris Hubbard-Castillo

No soy dada a buscar lo negativo, aunque me cueste trabajo, siempre procuro, uno, dar, el derecho a la duda; dos, pensar bien de los demás; tres, prefiero pasar por ingenua o tonta que por alguien que tiene una objeción o mal presagio para cada pretendida buena acción.

Por ello pensando en el gobierno pasado, aunque me botó apenas al mes de haber comenzado su gestión, siempre he buscado ver lo bueno que se hizo y desecho toda idea generalizante que diga que no se hizo nada bueno en cinco años. Pues, simplemente, como ya lo he señalado antes, de ser así Panamá estaría varada.

Por ello, también, me he esforzado por ver con ojos de aprecio y objetividad, aunque de por sí no creo que eso de la objetividad exista, al gobierno del nuevo presidente, en el cual puedo decir que tengo muy buenos amigos, así como los tenía en el gobierno pasado, quienes sé que han llegado con verdaderos deseos de hacer las cosas bien y que estoy segura de que lo que no logren no será porque no han querido o sido capaces profesionalmente de hacer, sino por situaciones ajenas a sus niveles de solución.

Sin embargo, en estos ya 24 días he visto situaciones que me han, vamos a decir, consternado. Una de las más impresionantes para mi a veces conservadora mente fue ver al presidente de la República convertido en policía de barrio, quien sin mediar análisis legal, presumo, se toma una propiedad con inversión privada, dando la sensación a los que no nos conformamos con el pan y el circo, o sea, que creemos tener un poco de discernimiento lógico, de que estamos ante un déspota, y encima desesperado por mantener el 'raiting' político que lo llevó a la Presidencia de la República. No es malo poner las cosas en su lugar, claro que todos queremos que unos pocos dejen de usufructuar los bienes de todos, pero no podemos hacer cosas malas para corregir lo que está mal. Porque la idea es que todos, incluidos los gobernantes, respetemos y cumplamos las leyes.

Otras situaciones que me preocupan, y las he de señalar sin ánimos de convertirme en abogada del Diablo ni en crítica oficiosa del gobierno, son todas las medidas que tocan las arcas del Estado. Un joven periodista me preguntaba, “¿de dónde van a sacar la plata para hacer todo eso, van a quebrar el Estado?”. Y yo desde la campaña, cuando escuchaba todas las promesas, me decía “abrirán huecos aquí y allá, para cerrar otros acuyá”. Por lo que siempre seguirá existiendo el problema que dicen subsanar al cumplir sus promesas de campaña, porque simplemente trasladan el problema de un lugar a otro.

Al comienzo de esta administración al escuchar al vicepresidente de la República tuve la sensación de que pensaba que lo que hiciera esta gestión de gobierno culminaría el 1 de julio de 2014, cuando cada gobierno debe esforzarse por sentar las bases de un desarrollo sostenible en todos los sectores. Pero ahora al ver al presidente hacer cada día una cosa diferente, mi preocupación crece, pues siento que parece que está convencido de que solo tiene 100 días para arreglar el país. Y secundo la pregunta de otros, ¿cuando pase el día 100 será que dejarán de hacer?, se termina el trabajo, no creo. Lo que sí creo es que deben ir con calma, recordando aquello de “vístanme despacio que estoy de prisa”. Queremos soluciones permanentes, y para que sea así deben ser planificadas, organizadas, bien pensadas. No queremos improvisación ni gente preocupada por cumplir a como dé lugar con lo que se prometió en campaña, pensando en mantener el rédito político para las próximas elecciones.

Hay que ir a buen paso, pisando fuerte, pero seguros de que no estamos cometiendo errores, porque el asunto ese de gobernar no es cuestión de arreglar las cargas en el camino, no señores, como decía el bien recordado Mario Moreno. Gobernar es, además de tener presente el bien común, un asunto de planificación, de consenso, de evaluación de cada acción que se ejecute, antes de ejecutarla, entre otros muchos detalles que deben tener presente quienes llevan semejante peso sobre su espalda. No podemos meter la pata y después sacarla tratando de mantener la elegancia..., porque un día se nos acaba la buena suerte y la regamos, porque la regamos, y se acaban también los aplausos y vítores hasta de quienes nos acompañaron en cada campaña celebrando nuestras ocurrencias.

Ya para terminar, por ahora, hay otros temas, más graves que la improvisación, que me preocupan de las acciones que se están tomando. Entre ellos las verdaderas razones detrás de cada acción, sobre todo de índole económico. Es de esperar que realmente priven las buenas intenciones y que no exista un mural en donde está hecho, como si se tratara de una estrategia de ataque bélico, un cronograma de dónde están las ganancias para invertir desde la empresa privada, dejando de lado la atención a los problemas sociales, poniendo, así, en peligro los programas de desarrollo socioeconómico de ese mismo pueblo que los llevó al poder.

martes, 21 de julio de 2009

Panameños entre patadas e insultos de dos grandes...

DORIS HUBBARD-CASTILLO*

Primero Javier Aguirre, director técnico de la selección mexicana, nos patea a Ricardo Phillips, aunque después dijo que “no tenía mala intención”; y ahora el ex árbitro internacional y comentarista de Televisa, Arturo Brizio Carter, califica a toda nuestra Selección Nacional de Fútbol, nuestra “Sele”, como una “caterva de hampones”.

Son acciones y comentarios que, más que enojo, me causan sorpresa al venir de dos personajes que deberían ser guías del deporte, no solo de su país, México, sino regional, mundial, por la calidad de profesionales que son y por toda la experiencia que acumulan.

No obstante, Aguirre (alias El Vasco) y Brizio, nos dejan ver que ese deporte, el fútbol, que genera tantas pasiones, puede también anular el buen juicio a los mejores y en lugar de despertarles el deseo de corregir situaciones que no son extrañas en los encuentros deportivos, como los empujones, insultos, golpes, poses histriónicas de jugadores que fingen lesiones e incluso actos de corrupción, se dejan absorber por lo que deben promover que se corrija y lo empeoran, precisamente por ser quienes son.

Javier Aguirre y Arturo Brizio Carter no son, como decimos comúnmente, “unos cualquieras”, sus hojas de vida profesional dejan pasmados a muchos... de envidia y reconocimiento. De allí que sus actuaciones y palabras cobran mayor importancia.

Hay seres humanos que han nacido para ser guías, para marcar el rumbo, y al ser figuras públicas deben tener presente que sus actuaciones y palabras, aunque ellos no quieren e incluso los demás tampoco, cobran una vigencia e importancia extraordinaria.

Creyente y seguidora como soy, más de lo que representan los deportes como herramienta eficaz para promover una vida sana, la concordia y amistad entre pueblos, que de un deporte en especial, reconozco que muchas veces me molestan algunas actuaciones de nuestros deportistas durante los encuentros. Sobreactúan por los golpes que reciben, golpean a otros a propósito, dicen palabrotas, escupen, se tocan sus partes “nobles”, a las que realmente no entiendo por qué les llaman así, no solo las propias, sino las de sus compañeros... para celebrar, ¡que costumbre tan fea!, entre otras cosas. Sin embargo, considero que no es a través del insulto como se va a corregir a los peleones, para que tengan una mejor conducta.

Lo que hizo Aguirre quedó pálido, es prácticamente insignificante, ante las palabras de Brizio, pues este último ha ofendido a todo un pueblo. Aguirre nos dio una patada, que cabe la posibilidad de que haya sido accidental, le doy el derecho de la duda, sobre todo porque se mostró arrepentido y avergonzado y siempre he creído que cuando alguien pide perdón o, por lo menos, disculpas, hay que aceptar su palabra. Pero... Brizio nos acusó de delincuentes, porque debe tener presente que la Selección Nacional de Fútbol de Panamá, y todo equipo que actúe en nombre de nuestro país, representa a todos los panameños y viceversa.

No solo debemos exigir una disculpa, de todos los Brizios que se nos aparezcan, sino que las personas con capacidad para influir en la opinión pública, en nuestros jóvenes, en el desarrollo de los diferentes sectores de nuestras sociedades, ya sea a través de la literatura, la música, las artes, la política y los deportes sean comedidas en sus actuaciones y palabras.

Pero... por si a alguien se le ocurre, no agarremos el coraje contra todos los mexicanos, solo fueron dos de ellos los que nos ofendieron. Usemos el deporte para promover la paz y la hermandad entre nuestros pueblos, no para generar una cultura de odio y revanchismo. Pero en cuanto a Arturo Brizio Carter... mientras no se disculpe con mi país, para mí es non grato en Panamá...

*Periodista.

jueves, 16 de julio de 2009

Hasta luego a un soldado del periodismo panameño

Periodista Joaquín Maizón. Quienes han corrido muchos años en el periodismo nacional cuentan con muchas anécdotas del querido amigo y colega que partió hoy por delante, quien, por muchos méritos, pasará ahora a formar parte de la historia de consulta obligada del periodismo panameño.

Una de las voces más reconocidas de nuestro periodismo y, además, un caballero a carta cabal, el cual será recordado siempre por su amabilidad y correcto proceder, siempre dispuesto a apoyar a quienes lo necesitaran, así como trabajador incansable. Cae un soldado del periodismo, pero su recuerdo siempre estará presente. Hasta luego, amigo y colega.

Aquí copio la nota que aparece en la página web de La Estrella de Panamá "El periodista panameño Joaquín Maizón murió hoy luego de ser recludo esta madrugada en la Caja de Seguro Social (CSS) tras sufrir un infarto, que a su vez provocó un derrame cerebral. Maizón, reconocido por su amplia trayectoria periodística, laboró en diferentes medios de comunicación social donde realizó funciones como reportero y también en diversas entidades gubernamentales.
Según sus familiares, el periodista murió aproximadamente a las 12:30 de esta tarde. Era presentador y reportero de noticias en TVN, con su famoso segmento “Mientras usted dormía”.
Fue por muchos años una de las vibrantes voces de Radio Mía, en donde destacó por su programa Panamá Flash, laboró como Relacionista Público del Ministerio de Educación y al morir laboraba en KW Continente y en el departamento de Relaciones Públicas del Tribunal Electoral. Además siempre fue amigo de la sala de redacción de La Estrella de Panamá.
Este medio y sus trabajadores lamentan la muerte de este gran periodista y les ofrece a sus familiares una voz de aliento en este triste momento que los invade. "

martes, 30 de junio de 2009

Las expectativas de ese 60%..., (ante un nuevo gobierno en Panamá)

(Publicado en La Estrella de Panamá -www.laestrella.com.pa- el 1 de julio de 2009)

DORIS HUBBARD-CASTILLO

... se convierten hoy en las expectativas de todos los panameños. Y así lo deben entender el presidente de la República entrante y su equipo de gobierno. Nada nuevo que inventar... todos sabemos lo que está pendiente de conclusión, desde hace mucho, y lo que hay que comenzar para que el país de todos avance redituando justamente a todos los sectores los frutos de ese avance.

No estoy de acuerdo con que el gobierno que terminó ayer no hizo nada, porque de ser así estaría el país varado, lo que pasó —a mi humilde entender— es que hubo problemas —que tampoco son nuevos— que no encontraron solución y por ello se han agravado, como el tema de la educación y la seguridad. Además, aunque se mejoró lo que los expertos llaman macroeconomía, se percibe que hubo un maquillaje a la pobreza y pobreza extrema; que se echó mano del paternalismo, olvidando que dar el pescado sin enseñar a pescar, es pan de hoy y hambre para mañana y si el nuevo gobierno sigue con lo mismo tendremos un Estado pagando pensiones alimenticias vitalicias a un pueblo que sobrevive en un círculo vicioso de dependencia estatal, por falta de políticas educativas y económicas que impulsen, de manera sostenida, el desarrollo integral de la Nación.

Hay que hacer un balance justo de lo que ha pasado en Panamá, no solo en los últimos cinco años, sino más atrás, porque la realidad que tenemos hoy es de arrastre, decir lo contrario es solo politiquería, además, injusto. Al hacer ese análisis debemos escoger lo bueno y aprender de los errores, para poder avanzar sin improvisaciones, sin pensar solo en la simpatía de los electores y sin creerse que los resultados electorales son una carta en blanco para hacer lo que se antoje. El gobierno es solo nuestra Junta Directiva y si no nos gusta su trabajo, pues, el periodo es de cinco años...

Hay tanto que seguir haciendo, como expectativas. Sin embargo, no debemos cifrar las esperanzas en discursos de toma de posesión, menos en promesas de campaña, lo que debemos esperar es trabajo comprometido con todos nosotros, además de honradez, pero no solo en los 100 primeros días, sino en los 1826.2 días que durará el nuevo gobierno. El voto de confianza ya les fue dado, ahora... a trabajar!

miércoles, 13 de mayo de 2009

Un ejemplo de superación

DORIS HUBBARD-CASTILLO

He escuchado a muchas personas decir “no puedo”, incluso alguna vez he escuchado una voz muy conocida diciendo lo mismo, pero al mirarme al espejo me reprocho la cobardía o la pereza, según sea el caso.

La generalidad de los seres humanos solemos ponernos barreras mentales a muchos de nuestros sueños, por eso nunca los convertimos en proyectos realizables; sin embargo, hay quienes se convierten en personas excepcionales, pues, aún teniendo barreras reales, se pasan sobre ellas, o a través de ellas, y dicen “yo quiero, yo puedo”.

Un digno ejemplo de estas personas lo conocí hace unos meses, a través de un artículo que me envió una colaboradora de este medio. Y... enseguida “ese chico me robó el corazón”. Una admiración de lo más pura me movió hacia él, la cual se ha visto fortalecida por el cariño y el respeto, mediante el trato con él y sus padres.

Diego Lombana Franceschi es conocido hace mucho y, hoy diputado suplente, es, a sus pocos 23 años, autor de una historia de vida extraordinaria que ha escrito desde muy pequeño, con una realidad —sordera profunda— que él ha convertido en “sólo una condición” con la que debe vivir, pero no se deja vencer por ella.

Este estudiante de Ingeniería Informática, por graduarse en agosto próximo, tiene muchos planes a futuro. Uno de los principales, el representar de manera efectiva a las personas con discapacidad, para que tengan presencia; que se les tome en cuenta; que se termine con los prejuicios que puedan afectar su participación en la sociedad, como personas que pueden aportar al desarrollo del país en todos los sectores.

Diego es un ejemplo de superación para todos, especialmente para lo jóvenes. Y es, también, un ejemplo de lo que pueden lograr los padres y madres cuando, con amor y conscientes de su responsabilidad con su familia, apoyan a sus hijos e hijas en la conquista de sus sueños, sin importar lo difíciles o imposibles que puedan parecer. Diego ha iniciado ya un nuevo capítulo de su vida, de seguro exitoso.

jueves, 7 de mayo de 2009

Un descanso obligatorio

DORIS HUBBARD-CASTILLO
(Artículo publicado en La Estrella, el 7 de mayo de 2009)

En un intercambio de correos con una buena amiga, le decía “... estoy cansada, estoy casi cayendo en la tentación de hacerle caso al rey Juan Carlos y callarme..., pero no me gusta guardarme las cosas. Además, creo que quienes (...) tenemos acceso a los medios tenemos una responsabilidad con los que no. Estoy escuchando muchas cosas que me preocupan, (...), (...), no sé si dejarme llevar por la comodidad del silencio o seguir con el cansancio de la palabra que no se guarda...”.

Al final pensé que no se admite abandonar por cansancio, sino, como decía mi recordado profesor Restrepo en la Universidad de Panamá, “hacer de tripas corazón” y tratar de aplicar aquello de “quien tiene más saliva, traga más harina”, pues, cada uno en su espacio, unos con más beligerancia que otros, debe cumplir con una función en la vida y no preocuparse de si se es una sola golondrina. Pues alguien, alguna vez, escuchará nuestro canto, ya sea con sol o con lluvia.

Aunque... ya hablando en función de todos nosotros, los panameños en general, no está de más un pequeño descanso, quizás para meditar bien sobre lo que diremos y haremos en adelante.

Sería conveniente un descanso de todo. De los discursos de campaña, de la propaganda, de los enfrentamientos, de la agresividad, de las palabras hirientes —las sigo escuchando de lado y lado, pero esta vez de los seguidores, ¿o será fanáticos?—, de las poses histriónicas, de la soberbia, de la prepotencia, de la indiferencia y, en algunos casos, de la hipocresía y de la traición —estos dos últimos eran mis temas de hoy, pero estoy demasiado cansada como para ponerme a revolver la basura—.

Cuando se está “cansado”, esto se refleja en nuestras acciones, en cómo hablamos, y terminamos por “cansar” a los demás, por lo que es mejor detenerse un momento, lo cual no es sinónimo de abandono o cobardía ni de que nadie nos va a comer el mandado. Es sólo un alto que nos exige el momento que vivimos, para que descansemos todos, nosotros de los demás y los demás de nosotros. Ese descanso, sin embargo, y si realmente estamos comprometidos con lo que hacemos, debe aprovecharse en alguna medida para la autocrítica, porque quien diga que todo lo ha hecho bien o es Dios o es un fatuo.

Debemos tener presente que Panamá está en medio de un tiempo difícil para el mundo, que no es exclusivo de los cinco años del gobierno panameño actual, así como su conclusión con éxito o no tampoco lo será del gobierno electo que inicia funciones a partir del 1 de julio. Por lo que debemos estar preparados, deponer intereses particulares, guardar las hachas y la pintura de guerra y “descansar”, un ratito al menos, para recuperar fuerzas para seguir trabajando, me ‘robo’ una frase ajena, por un Panamá mejor.

miércoles, 29 de abril de 2009

El final de un mal capítulo

Doris Hubbard-Castillo
(Publicado en La Estrella de Panamá el 30 de abril de 2009)

Terminamos un largo y tortuoso camino. ¡Por fin! se acabó esta campaña política, que en realidad inició minutos después de que fuera proclamado el actual presidente de la República.

Hemos visto y escuchado de todo, de todo, nuestra inteligencia ha sido insultada constantemente. Únicamente escuchamos discursos populacheros... de todos lados, buscando ganar la aceptación de esa gran mayoría que pone los votos y la cual no tiene una cultura política que nos garantice que serán los mejores los que recibirán la bendición del “soberano” pueblo panameño; y eso hablando de todos los puestos de elección, hay cada candidato.

Es llover sobre mojado señalar que esta será la campaña recordada como la peor de los últimos 20 años, y, como dice Juanes, a Dios le pido que ninguna que le siga haga méritos suficientes por superarla en ese sentido, como la peor; es llover sobre mojado también hablar de que hemos visto en su máxima expresión la traición, la grosería, la chabacanería, las payasadas, la falta de discursos que nos hagan pensar que estamos frente a verdaderos estadistas, entre otras carencias.

No obstante, ¡se acabó! Y lo que ahora debemos procurar todos, sin excepción, es darle a este mal capítulo de nuestra historia política un final, que yo quisiera que pudiera ser calificado como grande, esplendoroso, pero me conformaré con que sea bueno. No voy a caer en decirles si votar o no votar, menos cómo votar, esta última orientación sólo se la reconozco al Tribunal Electoral, y es esa que explica los pasos del proceso, lo demás sale sobrando.

Ese buen final, para mí, es que votemos o no, respetemos el proceso; tengamos presente el bien común; seamos coherentes; busquemos ser instrumentos de paz, no tratemos de mover lo que está quieto, nada de estar insinuando, y menos provocando, situaciones que lo único que traerán es desasosiego y dolor a nuestra Nación.

Seamos responsables, aprovechemos este “silencio político”, que por fin nos dejará pensar, para... pensar.

miércoles, 22 de abril de 2009

Un espacio para la Tierra

DORIS HUBBARD-CASTILLO
(Publicado el jueves 23 de abril de 2009 en La Estrella de Panamá).

Sé que este tema no vende, porque no llama la atención de quienes se quejan de que sólo se habla y escribe de política, pero..., sólo hablan y leen de política. Sin embargo, al tratarse del único ‘espacio’ conocido en el inmenso Universo en el que los Seres Humanos podemos vivir, es un sacrificio insignificante darle ‘un espacio’ a la Tierra.

Dentro de todo lo dicho sobre medioambiente, ¿qué más puedo aportar yo? Bueno, sería un humilde llamado a los gobernantes —por ahora a los nuestros, aunque no creo que me hagan caso—, principalmente a los por venir, para que en sus agendas le den un espacio prioritario a estos temas, sobre los cuales, al estar conscientes los genios —digo lo de ‘genios’ sin sorna— de las campañas políticas de que al ‘pueblo’, esa masa aportadora de votos, le vale un cerro de tierra el medioambiente, no le dieron un espacio importante ni en la agenda ni en la propaganda preñada de promesas.

No he sabido de cuñas que digan nada sobre protección al medioambiente, por lo menos. Algo así como: “somos los más locos por proteger nuestros ríos y playas” o “de corazón te prometo que no daré concesiones a proyectos que contaminen nuestros recursos hídricos” o “somos los más locos por detener la deforestación” o “soy una mujer de resultados, tú sabes que haré lo necesario para proteger nuestros recursos naturales” o “Mírame la cara, tú sabes que haré cumplir todas las leyes sobre medioambiente”. Ni una volante. Si alguien tiene una, me la hace llegar, por favor.

Ese, proteger nuestra casa, debe ser un compromiso de todos, gobernantes y gobernados, las dos partes responsables de lo que ocurre con nuestro único hogar conocido y posible, la Tierra. Y le recuerdo a la masa aportadora de votos que de existir alguna vez otro lugar a dónde ir, de seguro ustedes, o más bien, nosotros, no tendremos cómo comprar el boleto, que pueden jurar que será carísimo. Así que mejor cuidamos lo que tenemos, aunque sea por instinto de supervivencia.

Finalmente, no crean que se me olvidó, hoy es el Día del Idioma, pero no podía ignorar la Tierra, cuestión de prioridades.

miércoles, 8 de abril de 2009

Tiempo de reflexión

DORIS HUBBARD-CASTILLO

“Estar en tiempo de reflexión”, es más que una frase rebuscada que utilizamos en cualquier época en que quienes profesamos alguna creencia religiosa pensamos en recogernos “suavizados”, quizás hasta “sublimizados”, por lo que para nosotros es una “fecha especial”.

La “reflexión” es para mí casi una cualidad humana, que debemos cultivar. No siempre lo logramos. Personalmente, aunque suelo darle muchas vueltas a lo que debo hacer, no puedo decir que siempre reflexiono. Claro que en los asuntos que conllevan aceptaciones o renuncias, hago un balance de pros y contras, pero no en todo y ello no siempre implica reflexión.

Metidos como estamos, queramos o no, en esto de la campaña política, siento que nos hemos dejado llevar por la tendencia a la descalificación, al insulto, a la palabra hiriente. Esto interesados más en desarmar al supuesto adversario, que en llegar a un punto en que logremos el análisis sesudo, respetuoso. Nos olvidamos de la argumentación seria y equilibrada, pues, es más fácil insultar, destruir, que pensar en un balance correcto de lo que diremos.

¿Estamos pensando antes de hablar? ¿Estamos claros en que las palabras no siempre se las lleva el viento y que cada “sentencia” que soltamos deja un daño que puede ser irreversible? ¿Estamos seguros de que nuestras palabras y acciones siempre están firmemente revestidas de un puro interés por hacer el bien?

Alguna vez escuché a alguien decir que la política es cochina, por ello, no ha de exigir reflexión; pero otro señaló que no, que la política es un arte y los cochinos son los políticos, por lo que no hay que esperar que piensen, menos que reflexionen. Pero hace poco escuché de alguien un “no es cierto” tajante cuando su interlocutor dijo que ningún político dice la verdad. Eso sustentan mi esperanza, porque tampoco creo que todos sean cochinos o mentirosos, y sí podemos esperar que piensen y reflexionen.

Y así, todos, dedicados a la política de manera abierta o no, podemos reflexionar sobre nuestras palabras y acciones antes de ejecutar los hechos, porque, con esto de la descalificación y el insulto estamos dañando nuestra sociedad. Ofendemos, denigramos y cerramos la puerta a cualquier posibilidad de diálogo.

Yo procuraré reflexionar en estos días, confío en que Dios se apiade de mí y de quienes se crucen en mi camino.

miércoles, 1 de abril de 2009

Si seguimos así, perdemos

DORIS HUBBARD-CASTILLO

¿Cuál será el argumento que debemos utilizar para que la ciudadanía en general entienda que si no cooperamos nos arriesgamos a perder la salud o la vida? Se ha informado hasta el cansancio sobre los altos índices de infestación del mosquito Aedes aegypti y de los casos de dengue que ya se han registrado; incluso de la ciudadana que murió en Chiriquí por dengue hemorrágico, pero nada parece despertar nuestras conciencias, ni la amenaza de muerte.

Quizás harán más caso si les decimos lo que a opinión de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) está sucediendo en nuestra Región con el dengue y dengue hemorrágico. Hace poco — el 25 de marzo, para ser precisa — la directora de ese organismo, Dra. Mirta Roses Periago, hizo un llamado a todos los países de las Américas “a aumentar sus esfuerzos y colaborar en la lucha contra el dengue”.

“Hasta la fecha, en el 2009, los países han notificado 113,758 casos del dengue, incluidos 2,052 casos de dengue hemorrágico y dengue con complicaciones y 42 defunciones. El año pasado, los países notificaron 850,769 casos, incluidos más de 38,000 casos de dengue hemorrágico y 584 defunciones”, según nota de prensa de la OPS. La Dra. Roses dijo que “la concientización del público y la participación comunitaria desempeñan funciones claves al combatir el dengue. Los esfuerzos de prevención más eficaces son limpiar el agua en los neumáticos viejos, los jarrones y envases de agua donde los mosquitos pueden criarse, incluidos los envases dentro de las casas, así como en los patios. La protección personal es también importante; las personas deben usar repelentes y evitar exposición a los mosquitos, especialmente entre los niños”.

Pero todo esto ya lo sabemos, ¿verdad?, lo hemos escuchado muchas veces de nuestros funcionarios de Salud. Esos hombres y mujeres que, con muchas limitaciones, se esfuerzan por apoyarnos. Esto no tiene nada que ver con política partidista. ¿Quieren saber lo equitativo que es el dengue? Sigamos criando mosquitos...

miércoles, 25 de marzo de 2009

Los más inteligentes, decentes y nacionalistas

DORIS HUBBARD-CASTILLO

Yo, según un mensaje que recibí, no pertenezco al grupo que le da título a este escrito. Porque decidí darle nombre y apellido a mis votos, por lo menos a tres de ellos, en las elecciones por cumplirse. Pese a que me he tomado el trabajo de conversar con los candidatos, conocer sus propuestas, exponerles mis inquietudes y decirles lo que espero de ellos y no dándoles mi apoyo porque sean mis amigos, pues, antes de esta campaña no tenía idea de que Dios les había dado un espacio en la Tierra.

No voto por quienes me hacen favores, que, por cierto, muy pocos me los hacen. Así que si de eso dependiera, no votaría, pues quienes sí lo hacen no son candidatos a nada, afortunadamente, porque podría perderlos como amigos, si considerara que no son lo que conviene al país.

Ya lo dije antes, creo en el sistema, por ello me levanto el domingo correspondiente a cada consulta general, y el 3 de mayo no será la excepción, Dios mediante, a las 6:00 a.m. — siempre he tenido la suerte de tener el centro de votación a unos metros de mi casa — hacer mi fila y cumplir con lo que considero mi deber y derecho, mismo que no le cedo ni permito a nadie que me diga cómo ejercer. Aunque me insulten como se les ocurra. Y después me mantengo al tanto de las ejecutorias y trato de aportar según mis posibilidades, porque para mí el asunto no es sólo votar.

Me pongo como ejemplo, no en un afán tonto de pensar que a las personas que me leen les importa cómo voto yo, sino para ponerme en el lugar de ese elector sin acceso a un espacio de opinión, pero que sí tiene, por favor, perdónenme la redundancia, el derecho a ejercer el derecho de decidir si vota o no en esta o cualquier otra consulta popular, sin que sufra la presión de quienes le quieren hacer sentir que: si se presenta, ya sea que vote por alguien, en blanco o nulo, es porque apoya la corrupción de un sistema inoperante, o sea, también es corrupto. Si vota por cualquier candidato, el que sea, no es decente, no quiere a su país y, encima, es estúpido.

Del otro lado, si vota en blanco o nulo, está en alguna componenda siniestra, e igualmente, como mínimo, es un morón; y si decide no asistir, porque el sistema lo ha decepcionado, le cae la sanción oficial y lo sacan del padrón electoral al faltar tres veces seguidas. Esto del voto es como la fe en Dios, para quien la tiene, absolutamente personal.

Depende de cada uno, según nuestras conciencias, decidir a quiénes les damos o no ese voto de confianza para que lleven a cabo la labor gubernamental que corresponde hacer y de la cual depende en gran parte el desarrollo del país.

En la medida en que respetemos los derechos de los demás conservaremos la paz y fortaleceremos la democracia. Es cuestión de aprender. No nos equivoquemos.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Aburrido, sin nada nuevo, no me gustó

DORIS HUBBARD-CASTILLO
dehubbard.castillo@gmail.com

Preguntas demasiado largas, más bien mini conferencias; respuestas que no llenaron las expectativas; cancaneos; más que nerviosismo, espanto escénico. Sólo el interés por escuchar a dos de nuestros candidatos a la Presidencia de la República me mantuvo pegada a la pantalla, aunque a la fuerza, para que no me echaran el cuento de segunda mano.

A la decepción por el desarrollo del debate, que no fue debate en realidad, se unió el que el ex presidente Guillermo Endara, molesto por el formato de los debates en TV, no quisiera participar, y realmente tuvo razón, pero sólo en ese sentido, porque habría sido la presencia que nos quitara el aburrimiento, por su acostumbrado estilo de decir las cosas. Además, también hay que escucharlo.

¿Quién ganó?, dicen que Ricardo Martinelli, quien sin decir nada, al estar arriba en las encuentas, solo fue a defender el título ante una contrincante que no supo aprovechar la oportunidad de lucirse para dejarlo mareado con una exposición digna de una gran estadista. Pero estadistas son los que nos faltan, porque “el chico de las converse” tampoco es sir Winston Churchill.

¿Quién perdió?, el electorado, como siempre, que sigue sin conocer en realidad cómo quien llegue a la Presidencia de la República en el siguiente periodo hará lo que promete. Faltó nivel, quizás piensan que al ser este un pueblo que no reelige gobiernos y que se va por la emoción, más que por la razón, no es necesario hacer un debate en el que se den a conocer planteamientos firmemente basados en propuestas bien estudiadas.

Es de esperar que los planes de gobierno que los dos equipos tienen en el papel sí cuentan con una estrategia, por ahora bien guardada, que los pueda convertir en una realidad a corto, mediano y largo plazo, pero no creen necesario cansarse en campaña explicando lo que harán, porque los electores no votan por propuestas, por buenas que estás sean; quizás de ser así tendríamos otros candidatos que alguna vez se dijo que eran los mejores, pero no llevaban “chance” en la preferencia electoral. Increíble, ¿nos quejamos de nuestros gobernantes, pero cuando llega la oportunidad de cambiar no elegimos a los mejores? ¿Quién nos entiende?

En lo personal creo en el sistema, aunque también en que hay que reforzarlo, con las candidaturas presidenciales independientes, por ejemplo, e incluso con la reelección presidencial inmediata — que el pueblo decida —; pero hay una gran falla en el mismo electorado, cuya mayoría sólo representa un reto por lograr cantidad de votos, más que por calidad en la oferta.

Nuestra pobre cultura política no desanima a quienes no tienen nada que ofrecer ni obliga a los aspirantes a puestos de elección a buscar la excelencia en sus planteamientos, por ende, menos en el ejercicio de la función. Todos debemos cambiar, para mejorar.

-La autora es periodista.