lunes, 20 de diciembre de 2010

Desde que tú no estás...

Tu ausencia me ha convertido en mejor persona, porque perderte fue y ha sido como un despertar, hoy estoy más consciente de las personas a las que amo y de que las amo, porque no quiero que me vuelva a suceder lo mismo que contigo.

Lamento tanto, cada día desde que te fuiste, que nos hayamos tenido que separar para que tu presencia en mi vida fuera más fuerte, más evidente y más sentida por mí. Tú nunca tuviste ese problema, siempre me demostraste que me querías, pese a mi aparente indiferencia.

Ale, en nuestro Panamá ha pasado mucho... y no ha pasado nada, en estos... 21 años. Los panameños seguimos siendo iguales, nobles, pero animales de costumbres, nos enredamos por tonterías, siempre tenemos una emergencia y lo realmente importante lo dejamos a un lado, para después, cuando haya tiempo. Este 20 de Diciembre nos encuentra con muchos de nuestros hermanos literalmente en la calle; muchos han tendido su mano solidaria, ya sabes, siempre es así, pero mucho otros solo están preocupados por las compras de Navidad y otras nimiedades; pero, ¿lo importante? Ya te digo, a veces nos cuesta definir qué es lo importante sin primero entrarnos a golpes, insultarnos y criticarlo todo, para luego dar con las soluciones y ponerlas en práctica.

Los temas relacionados a la invasión militar de EE.UU. a nuestro país en 1989, como cantidad de muertos, por ejemplo, siguen en el limbo; el Barrio Mártir, sigue siendo mártir, pero hasta allí, por definición propia... ningún gobierno ha tenido la entereza, por decirlo de alguna manera, de cerrar este capítulo con, por lo menos, un censo, siendo algo tan fácil.

Hemos progresado en ciertas áreas, pero en otras, como educación, valores, familia, nacionalismo, damos tres pasos al frente y dos para atrás, creo que a veces cuatro... En estas fechas es importante la reflexión, pero muchos solo le aconsejan a otros que la hagan, pero no practican lo que profesan.

Dios quiera que un día logremos ese Panamá con el que tú soñabas, igual que otros muchos panameños de antes y hoy.

Querido Alejandro... es otro 20 de Diciembre y sigo teniendo la esperanza de que un día de estos me dejes en ridículo por decir que te asesinaron en esos días de 1989... durante la "Causa Justa", y te aparezcas vivo, con tu amplia sonrisa, ojalá sea en la puerta de mi casa... Ya sé cómo reaccionaré... me quedaré un buen rato callada frente a ti, mirándote de arriba a abajo, incrédula, —¿recuerdas cómo te miraba cuando me enojaba contigo?—... luego, me acercaré y te acariciaré la mejilla, como hacía siempre que nos encontrábamos, te jalaré hacia mí y, tras decirte "¡pero sí que eres idiota, ¿dónde carajo estabas?!", te daré un abrazo, me quedaré pegada a ti unos minutos y luego te haré pasar a la sala, para que veas el Nacimiento y la vela roja que prendo en estas fechas por ti... hermano querido, ¿cuándo regresas?..

*Periodista, hermana de Alejandro Antonio Hubbard Torrero.

martes, 23 de noviembre de 2010

Días de meditación

Hace ya demasiado tiempo que no le dedico unas horas a este, mi blog, una desatención que trataré de resarcir en adelante. Sin embargo, agradezco a quienes entran a ver si me acordé de cumplir, pues hoy me llevé una linda sorpresa, entré, pero antes de que abriera me dije "de seguro estaré en el último espacio de popularidad", pero no, veo que me han estado dando seguimiento, gracias.

Bien, he tenido varios meses, más que días, sin escribir ni en La Estrella, ni aquí, excepto por los comentarios que hago en mi perfil en Facebook, por motivos que no vienen al caso comentar, pero veo con suma preocupación todo lo que está pasando y ha pasado en nuestro país en los últimos meses, especialmente desde el 1 de julio de 2009.

Me gusta el orden y no soy partidaria de romperlo, por ello, pese a que el gobierno actual no goza de mi total simpatía, jamás puedo estar de acuerdo con ninguna intención de entorpecerle el camino; sin embargo, estoy firmemente convencida de que la mejor y más fuerte oposición a este gobierno, no son ni siquiera los medios de comunicación como escuché a alguien comentar, si no el mismo gobierno.

Demasiados errores, demasiada prepotencia, demasiada improvisación, demasiadas actitudes mesiánicas, demasiada falta de respeto contra todo el que se atreve a disentir, demasiada persecución, demasiada ira, demasiado odio, demasiado léxico fuerte; muy poca tolerancia, muy poca disposición a escuchar, muy poca -o más bien nula- consulta A TIEMPO, antes de tomar decisiones que nos afectan a todos los hijos de esta tierra.

Los días en que decíamos, "es que no saben de gobierno", ya pasaron, a estas alturas o deberían haber aprendido o usado el sentido común y llamar a los mejores de las facciones opositoras o la sociedad civil, que sí saben cómo se maneja la Cosa Pública... él lo prometió, que gobernaría con los mejores, sin importar de dónde fueran... entonces, no hay excusas. Lo que sí hay es una constante improvisación.

Particularmente creo que en su fuero interno el Excelentísimo Señor Presidente de la República tiene intención de hacer buenas cosas por el país, pero lo que hace con las manos lo desbarata a patadas, bueno, muy moderno y auténtico él, en realidad lo desbarata a mazazos o batazos...

Aún está a tiempo, le falta mucho más de la mitad de su gobierno, y creo que la mayor aspiración del señor presidente debe ser que cuando salga de la Presidencia de la República pueda caminar por nuestras calles con la frente en alto y sin necesidad de seguridad.

viernes, 16 de julio de 2010

"Cosas de mi Madre"

Hace tiempo una conocida me mandó lo que se suponía era un chiste..., pero cuando lo leí, no me dio risa de esa que nos provocan los chistes, solo pude esbozar una sonrisa, pues, me llené de mucha ternura... cuenta así...

Un día de la Eternidad, estaba Jesús en el Cielo conversando con los ángeles, cuando fue interrumpido por San Pedro, que, sudoroso y visiblemente molesto, le dice: "Señor, tienes que ver esto. Hay, allá, detrás del trono, un gran portillo por donde se están colando los pecadores de todas las clases".

Jesús se puso de pie y le dijo: "Vamos a ver"...

Al llegar, justo detrás del Trono, Jesús pudo comprobar lo que San Pedro le decía.

Miles de pecadores, hombres y mujeres, con todos los aspectos imaginables, se estaban colando; al ver a Jesús bajaban la cabeza, pero seguían avanzando, como llamados por "Alguien".

Jesús decidió asomarse por el portillo, entonces pudo ver un largo Rosario que llegaba hasta la Tierra y que era utilizado por la gente para subir al Cielo.

Entonces Pedro le dijo: "¿Qué tal, ¡eh!?, ¡lo voy a cerrar!".

Pero Jesús, visiblemente conmovido, le dijo:
"No, no Pedro..., déjalo así..., pues, esas son cosas de mi Madre".

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"Dios te salve María...". Para una Madre tan amorosa un saludo en este día... ¿Qué no hace una madre por sus hijos?

martes, 13 de julio de 2010

Tu libertad, mi libertad...

(Publicado en La Estrella de Panamá el 14 de julio de 2010)

Doris Hubbard-Castillo

Hoy, es un buen día para hablar de derechos, es un día que celebra Francia y todo el mundo libre, que cree en la democracia como mejor forma de vida.
Tengo muchas ideas en torno a los hechos relacionados con aquel 14 de Julio que todos celebramos con especial cariño, pero en este pequeño espacio solo voy a hablar de lo que significa, quizás hasta románticamente, para quien lo exalta, por lo menos para mí.

Me recuerda que los seres humanos somos naturalmente de espíritu libre, que ante las amenazas a esa libertad, ese espíritu se impone, como lo hace la misma naturaleza cuando el mar reclama su espacio.

Me recuerda que somos básicamente buenos, nadie, excepto muy raras excepciones —que las debe haber—, nace malo, malvado, perverso, son sus experiencias, sus primeros años de vida, quizás su entorno, quizás la decisión de serlo, lo que malogra, para quienes creen en Dios, una maravillosa obra de Sus Manos.

Me recuerda que mis derechos terminan en el punto exacto en el que comienzan los de mi prójimo y que no debo olvidar eso nunca; que debo respetar a todos, incluso —o con especial esfuerzo— a mis adversarios.

Me recuerda que debemos ser tolerantes, aún con esa mujer intensa que insiste en molestarnos con opiniones que no le hemos pedido; o con ese hombre que opina diferente a nosotros, pero con respeto defiende sus ideas, lo cual todos debemos defender; porque disentir es su derecho, vuestro derecho, mi derecho.
Feliz día a la Libertad... y a todos los espíritus libres.

viernes, 9 de julio de 2010

Miedo y cobardía

Doris Hubbard-Castillo

Para mí, no es lo mismo sentir miedo que ser cobarde. El miedo es un sentimiento, si se le puede llamar así, natural de quien está vivo y desea seguir estándolo, es parte de ese instinto natural de supervivencia que nos mantiene caminando.

La cobardía es propia de quienes se paralizan totalmente ante las amenazas —grandes o pequeñas— y prefieren agachar la cabeza, doblar espalda y rodillas, aunque estén recibiendo leñazos a diestra y siniestra.

El miedo nos obliga a reaccionar, a mantener la mente alerta ante cualquier peligro, sin ver fantasmas donde solo hay sombras, hace fluir la sangre con rapidez y por eso llega al cerebro, donde se generan las ideas y se da el origen de la razón.

La cobardía solo nos permite ver nuestros propios intereses y muchos son tan cobardes que ni para defender esos intereses son capaces de tener una reacción digna.

El miedo puede ser amigo perfecto de la dignidad, porque sentir miedo, es normal cuando hay quien o quienes nos amenazan, pero no por eso logran que perdamos la conciencia de quiénes somos, qué queremos ni mucho menos que cambiemos de ideas, de discurso, para sobrevivir.

Quien tiene miedo y pese a él se levanta, no es un súper hombre o súper mujer, es un ser humano con dignidad que no ataca, pero sabe defenderse, principalmente cuando su arma principal son las ideas, la palabra... Alguien dijo: "El valor no es la ausencia del miedo, sino el miedo junto a la voluntad de seguir". El mensaje tiene destino abierto.

viernes, 18 de junio de 2010

‘Necesitaba solo tu presencia’

Doris Elizabeth Hubbard-Castillo*

Cuando escucho a niños y niñas responder que quieren a sus papás porque les compran cosas, porque en su casa no falta nada, y otras respuestas que giran en torno al papel de proveedor de la mayoría de los padres, yo pienso "a mí me habría bastado con su presencia".

Mi mamá me dio las mejores lecciones de vida, basada en sus propias experiencias. Ella adoraba a mi abuelo 'Cundo', su papá, y por el ejemplo de él como padre amoroso, respetuoso, presente, ella solía decirme: "Los hijos no deben juzgar a sus padres", "a papá se le ama sin preguntas", "papá es papá, y simplemente se le ama y respeta", incluso, "los hijos no se meten en los problemas entre papá y mamá, nada de tomar partido".

En esa figura se centró, jamás la escuché decir una palabra fuera de lugar sobre mi padre, puedo afirmar que ella me enseñó a amarlo y respetarlo, y hasta a tolerar y perdonar situaciones que me hacían daño.

Por ello, además de por la forma como ella me enseñó a ser —nada de preocuparme por cosas materiales, "si hay para cosas finas, qué lujo, pero si no hay, pues, lo que haya es lo que cuenta" hay que dar gracias por ello, porque siempre hay alguien delante o detrás de uno en la fila—, lo único que yo necesitaba era su presencia.

Muchos padres confunden el amor con tener las manos llenas de dinero para satisfacer las necesidades y caprichos materiales de sus hijos e hijas; para mí esas manos deben estar llenas de amor, solo de amor, porque con él viene lo demás, el respeto, la guía sana y oportuna, el buen consejo. Estoy convencida de que la presencia de sus padres, como la de sus madres, es lo que necesitan los hijos; lo reitero... lo demás viene por añadidura.

*Periodista.

miércoles, 16 de junio de 2010

¿Tienes BlackBerry o vida social?

Doris Hubbard-Castillo*
Llega un momento en que convertimos lo bueno en malo por nuestra tendencia a hacernos adictos, a abusar de todo lo que cae en nuestras manos... y, de paso, nos convertimos en seres muy desconsiderados con quienes nos rodean... familia, amigos, compañeros de trabajo o cualquiera que se nos cruce en el camino. Un ejemplo es la tecnología, la cual per se, pues, claro que no es mala; pero sí es malo, muy malo, el abuso que cometemos con ella.

Con esto de la comunicación celular, sin la cual "ya no podemos vivir", han surgido los "eternos comunicados", que parece que si no están mirando su aparatito dejan de vivir al segundo. Toman actitudes muy molestas para los demás, pero como buenos adictos no se dan cuenta de lo que causan. Ya sea en casa o en la calle, en medio de una reunión, en el templo, en el restaurante, donde sea, están pegados a esos aparatos y no hay manera de que le presten atención a nada más; encima están en una furibunda competencia para ver quién tiene el más caro, más completo, el último que salió. Muchos tienen hasta tres aparatos y andan en busca de otro "mejor". De esto último las empresas celulares son testigos, lo dicen a cada rato, pues, cada una habla de que tiene más clientes que habitantes el país; creo que somos... 3.1, 3.5 ó 3.6 millones, no sé (hasta el 16 de mayo pasado tenía la esperanza de poder referirme a una cifra más exacta, pero ustedes saben que no me es posible).

Yo, cómoda como siempre he sido, tengo un celular para lo que lo necesito, hacer y recibir llamadas y mandar mensajes cuando se amerita, no creo necesitarlos —más bien, no me interesan— con cámara fotográfica, radio, videograbadora, Internet, radar... de repente sí una brújula para cuando no sepa dónde estoy y el resto de la Humanidad que me rodea esté tan conectado a sus aparatos que no me preste atención, poder moverme y llegar a donde necesito.

Yo tengo mis propios "adictos", que, aunque muy queridos, me amargan la vida con su atención enfermiza a la nueva extremidad que poseen. Hace unas semanas invité a un amigo a comer a mi casa, llegó, pero se bajó del carro con el BlackBerry, leyendo no sé qué; después de una muy breve conversación se sentó a la mesa... revisando los mensajes, videos, Internet, su correo... en ningún momento los dejó de ver —nuestra "conversación" lo interrumpía de vez en cuando, así como los comerciales con retazos de películas que suelen pasarnos nuestros canales de TV—; se levantó de la mesa, fue al sanitario, luego al sofá y siguió con sus ojos pegados a la pequeña pantalla... yo, como soy muy educada, no quise interrumpirlo más, así que lo dejé atender su "comunicación" tan importante... en la sala de mi casa; hasta que de repente, como a los 35 minutos, se despidió, porque parece que vio un mensaje que le recordó algo... Pero no crean que es del todo desconectado de la vida que lo rodea... luego que se fue, como a los cinco minutos, me mandó un mensaje de texto para darme las gracias por la comida y elogiarla. Vaya, por lo menos se dio cuenta de que lo alimenté... aunque haya dejado la mitad por estar ocupado con la extensión de su mano...

Otra "adicta" en mi vida, es mi sobrina de 17 años, a la que amo entrañablemente, pero ya no se comunica conmigo, excepto por mensajes de texto; cuando está en mi casa se la pasa o hablando o mandando y recibiendo mensajes, si quiero comunicarme con ella tengo que esperar a que se vaya para mandarle un mensaje; una vez llegamos a ser las mejores amigas, porque siempre hablábamos, hasta dormidas... pero... ahora me la ganó el BlackBerry...

La tecnología debemos tenerla a nuestro alcance como lo que es, una excelente herramienta de trabajo, en caso de los celulares, de comunicación, que ha venido a facilitarnos la vida... no ha quitarnósla. Entonces, ¿por qué dársela voluntariamente?

Escribí esto inspirada por el mensaje de una amiga y decidí compartirlo con ustedes, porque, quizás, les esté pasando igual... o ustedes se lo estén haciendo a quienes los aman, esos que siempre quieren compartir con ustedes y con quienes contarán aún después de que venga una guerra de las galaxias y acabe con la (...) comunicación celular; ellos estarán allí, esperando para retomar la última conversación cara a cara en el punto en que quedó al momento en que ustedes se compraron su primer celular.

martes, 9 de febrero de 2010

Los medios en el medio...

Doris Hubbard-Castillo

Profundizando un poco en lo escrito antes, partiré de que, en efecto, en nuestros medios de comunicación, todos, hay problemas con esto de la autorregulación, claro que se deja sentir más en la TV y la prensa por ser medios visuales, en la radio no se ven la sangre ni las mujeres semidesnudas, aunque sí está latente en el lenguaje procaz de los disjokies.

Hay una gran deficiencia en el lenguaje de los comunicadores, ya sea escrito o verbal, con más desventajas en el escrito, que guarda para la posteridad las torpezas que se escriben; y en cuanto a la TV debemos agregar que, además del mal manejo de muchos comunicadores —periodistas o conductores de programas— nos deja casi salpicados de pólvora y sangre, además de escandalizarnos constantemente por la abierta oferta de groserías visuales y habladas.

Se ofrece mucha violencia en la TV y la prensa, en la radio groserías a granel, además de la música que se transmite, que no siempre tiene la mejor letra. Hay muchísimo que mejorar, claro que sí. Constantemente me siento molesta por lo que veo y escucho en los medios y quisiera tener la suficiente influencia para corregir lo que, como mujer, ciudadana, familiar de muchos niños, niñas y jóvenes y comunicadora social, siento que se debe corregir.

La situación me preocupa, considero que es más que mal gusto, falta de responsabilidad, compromiso y creatividad de productores y editores. Igual que sucede con la publicidad, cuyos creativos no encuentran mejor manera de vender un carro, una llanta o bebidas alcohólicas —que de paso no deberían ser anunciadas en los medios— que no sea a través de una mujer en traje de baño, y mientras más pequeño mejor. Incluso hasta para anunciar una gaseosa sugieren que la relaciones sexuales con un desconocido no importan, si así conseguimos la gaseosa.

Bien, estamos de acuerdo, hay un verdadero descontrol en los medios de comunicación social, quizás llenos de entusiasmo por la libertad de la desrregularización. Hay muchos factores que pueden estar influyendo en esto, el malentendido modernismo, una libertad también malentendida, tanto de expresión como empresarial, valores que se han ido y amenazan con no volver, una competencia deshumanizada por el bendito índice de audiencia.

Sin embargo, también creo que no podemos darle todo el “crédito” a los medios de comunicación por la deformación social que estamos sufriendo. Es como culpar a la escuela y a los maestros, porque los muchachos no estudian, son malhablados, no respetan ni a sus padres, ni a nadie, son violentos, pendencieros, están a altas horas de la noche deambulando por la calle, tienen relaciones sexuales a destiempo y encima sin protección, fuman, consumen drogas, se visten pésimo, no creen en nada... ni en ellos mismos.

Aquí, hay una situación que va mucho más allá de las pantallas de la TV, las páginas de los periódicos y las voces de los ignorantes y obscenos disjokies. ¿Dónde están papá, mamá, abuelita, abuelito, tío, tía, madrina, el buen vecino —ese que no es libidinoso, que no anda buscando cómo conquistar a la quinceañera de al lado—? ¿Dónde está el respeto aquel que se aprendía en casa, con la familia, que era todo el que llevara una gota de nuestra misma sangre?

Si bien los medios de comunicación, los comunicadores sociales, debemos cumplir con un deber sagrado, además del de informar, educar; la responsabilidad primaria de criar los hijos e hijas le corresponde a la familia, a los padres y madres, quienes han dejado su responsabilidad, primero en los maestros y profesores y ahora en los medios de comunicación, la empleada doméstica, el cura de la parroquia, en los dirigentes deportivos y en cualquiera que les quite de encima el compromiso que adquieren al tener hijos.

Ahora, ¿cuáles son las intenciones reales del señor presidente de la República y su equipo de gobierno al irse de frente en contra de los medios de comunicación social? ¿Seguro que es el interés prístino, noble, de que mejoren la oferta informativa y la programación por el beneficio de la sociedad? ¿O no será acaso un interés desmedido por evitar que se les eche en cara que en efecto de sus promesas no hay nada concreto en cumplimiento a seis meses de gobierno?

El presidente en campaña, ya lo decía yo antes, prometió demasiadas cosas, muchas solo se realizarán en cinco gobiernos consecutivos. Una de ellas es la de acabar con la inseguridad ciudadana y la corrupción, ¿pero, en seis meses qué es lo que hemos visto? Solo promesas y bravuconadas, usando esa frasecita ya casi acuñada por la RAE, “shows mediáticos” de él y de su equipo, metidas de patas dignas de registros históricos, insultos y amenazas.

Y ahora, como los medios de comunicación no le siguen el juego, que sí se le siguió en campaña —que le recuerdo ya acabó—, arremete en contra de los medios de comunicación que él mismo ha utilizado para lograr sus cometidos.

Qué cosa que hasta ahora el señor presidente se da cuenta de que los medios, especialmente la TV, transmiten narconovelas y “noticieros de pacotilla”, como dice él. Todo en medio del escándalo del FIS, en el cual se dedicaron a desacreditar a la consultora, pero no dieron señales de dar a conocer las auditorías sobre en qué se usó el dinero o una explicación creíble sobre por qué se archivó el expediente, lo cual no se podrá hacer con el tema en sí, aunque se proceda a desaparecer el FIS, porque el tamaño de la corrupción es tan grande que no se podrá “engavetar”; y como la inseguridad sigue su galopar desbocado y su promesa de ser el freno ansiado no ve luces de feliz cumplimiento, ahora son los medios, por ende, los dueños de medios y comunicadores sociales los que estamos faltando al dar a conocer la situación de violencia por la que atraviesa el país y los desmanes de la corrupción a la que no ha podido mantenerse inmune el gobierno actual.

Como en todo, muy fácil criticar a los demás, pero qué difícil corregir lo que criticamos y encima no convertirnos en parte de eso mismo que antes le censuramos a los otros.

No sé hasta dónde esté dispuesto el señor presidente a llegar para mantener su “rating” personal, pero de lo que sí estoy segura es de que esta súbita atención hacia los medios de comunicación, utilizando a su favor el descontento justificado de la sociedad, es sumamente peligrosa. Puede gustarle la censura al señor presidente. Qué rico gobernar sin que nadie le señale públicamente sus errores, y dado que cuenta con una Asamblea Nacional de su lado, ahora asustada por el caso FIS, puede lograr lo que no nos conviene como país, acallar a los medios... Sinceramente, no estoy de acuerdo con la práctica descontrolada de la libertad de expresión, porque para mí todo derecho conlleva una responsabilidad insoslayable, pero, como ya han dicho otros primero, antes que un gobierno que controle a los medios —y medios autocensurados—, prefiero unos medios sin control ni gobierno.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Faltas de respeto

Doris Hubbard-Castillo*

Ahora resulta que toda persona que quiere tomar vuelo público procede a insultar a los periodistas con el término más ofensivo que se le ocurra, pues, es fácil generar cierta aceptación y recibir aplausos cuando se dirigen los ataques en contra de quienes siempre están en la palestra pública.

Porque, lógico, no somos moneditas de oro para gustarle a todos y además la misma naturaleza de nuestro trabajo, informar, nos pone siempre en una posición que parece que estamos en contra de alguien, pues, si se trata de casos de corrupción, privada o estatal, siempre habrá quien afirme que “la tomamos” con él o ella, aunque en su fuero interno sepa que lo único que estamos haciendo es informar.

Primero, el ministro de Gobierno y Justicia nos llamó coimeros internacionalmente; recientemente el presidente de la República dijo que “le da” un millón a cada televisora —yo no sabía que toda la plata del Tesoro Nacional venía de sus empresas—; luego, quizás, alguien le dijo que para desviar la atención del caso FIS se fuera en contra de la TV, porque por ahí hay mucho hilo que jalar; y ahora la diputada —candidata de mi Circuito, por suerte no voté por ella— Dalia Bernal nos llama “cotorros”. Estos solo por citar algunos insultos provenientes del gobierno y aliados.

Al Sr. Mulino, al Sr. Presidente, a la Sra. Bernal y al resto de su hoy grupo de gobierno podríamos adjetivarlos de la misma manera irrespetuosa con que ellos se refieren a nosotros, pero como nuestra educación y formación no depende de la de ellos ni de otros como ellos, muy lejos están de lograr que los periodistas comencemos un intercambio de insultos para alegrar el patio limoso que han abierto.

Tampoco lograrán, aclarando que acepto que hay mucho que mejorar en los medios de comunicación social, que dejemos de hacer nuestro trabajo para serles simpáticos. Pero en medio de todo, extraño algo, mis gremios, ¿dónde están? ¡No los oigo!

jueves, 21 de enero de 2010

El voto x los independientes...

Doris Hubbard-Castillo

Muchos fuimos los que nos inclinamos por darle nuestro voto en las pasadas elecciones generales a los candidatos y candidatas independientes, debido a que no nos convencían los de los partidos políticos.

Creíamos en que establecido el precedente de una votación por candidatos independientes se podía lograr, entre otras cosas, que los partidos políticos y los políticos de partido entendieran que no estaban llenando las expectativas de la población y que esta población ya no está dispuesta a seguir dándoles de comer sin que le devuelvan el favor, aunque sea haciendo un buen trabajo.

Lamentablemente, la Corte Suprema de Justicia (CSJ), en una acción que aún se siente sospechosa, no permitió que Juan Jované pudiera postularse a la Presidencia de la República, al dar el fallo que decía que sí podía hacerlo a muy pocos días de la celebración de las elecciones, por lo que no sabemos cómo le habría ido. Cualquier cálculo que hagamos es mera especulación y ya de eso estamos hartos en este país. Hay que tener las cifras en la mano, para hablar de opciones concretas.

No obstante, tuvimos candidatos a diputados, alcaldes y representantes de corregimiento independientes. A la mayoría le fue mal, digo yo que por esa manía de la masa electoral de querer asegurarse su solución personal y no pensar en el bien común, lo cual según ella solo lo garantiza el partido de gobierno y en cierta forma tiene razón; o quizás, siendo más benévola, por la falta de costumbre de votar por candidatos independientes.

El asunto es que muy pocos independientes lograron su cometido, pero quienes lo lograron son los portaestandartes de una experiencia que merece la oportunidad de cristalizar de manera permanente en nuestra cultura política, como una alternativa democrática ante la falta de confianza justificada que generan los partidos políticos.

Pero resulta que una vez investidos con sus bandas de elegidos los flamantes panameños que ganaron al presentar la oferta de independientes se pasan al partido de gobierno, con la excusa de que lo hacen por el bien de sus electores.

Pero no se pasan solos, junto a ellos son varios, si no muchos, los del otrora partido de gobierno PRD que están pasándose con todo y sus tiliches para el partido del presidente, con todas las excusas que han podido acumular.

Sin embargo, estos tránsfugas, forma disimulada de llamar traidores a los traidores, no son los que me preocupan en este momento, sino los "independientes" que han perdido el "in", como ya dijo alguien antes. Porque para mí resultan un fraude, una decepción. Si yo hubiese querido votar por algún candidato de partido, lo habría hecho, pero quise darle oportunidad a esas personas que se arriesgaron solas con un equipo de trabajo formado por personas que creyeron que en efecto podían hacer la diferencia, recursos propios, hasta donde sé, muchas ganas y con una propuesta en mano.

Ahora, ¿por qué se ven "forzados" los ex independientes a "meterse" al partido del presidente? Pues, supongo yo, alguien me desmentirá si estoy equivocada, porque el gobierno nacional -que no es todo el país-, que no es más que el administrador de los recursos del Estado -que sí somos todos-, les manda mensajes muy claros sobre que si se inscriben en el partido del presidente principalmente -dudo que los panameñistas tengan mucho "pull"- sus programas dirigidos a mantener a sus votantes contentos serán apoyados. Contrario a lo que pasará si se mantienen en una línea de independencia, además como son poquitos, pues, su fuerza política no es mucha. Aquí aclaro que este avasallar del partido de gobierno a los que no lo son no es nuevo, siempre se ha dado, pero el asunto es que se supone que estamos inmersos en EL CAMBIO.

Para mí, abusaron, una vez más, de la confianza de los votantes, entre los cuales ha de haber muchos que dirán, "pues, sí, si no hay de otra, que se inscriban en el partido del presidente", pero también estamos quienes vemos en estas acciones el guabineo, el quererlo todo fácil, el no estar dispuesto a pelear por lo que se cree, si es que se cree en algo más que en el simple hecho de ostentar el título de "honorable" diputado, alcalde o representante de corregimiento.

¿Cambio?, no, no lo hay, solo de caras, algunas, porque otras se repiten como las figuritas de un álbum. Ojalá alguna vez, no tan lejana, espero verlo, logremos hacer lo que profesamos, aunque nos cueste, aunque, como se dice, tengamos que arar en el mar, hacer sonar como un trueno el canto de una sola golondrina... A este texto le falta mucho más, pero por hoy lo dejo hasta aquí, porque no quiero ofender a nadie, pero sí dejar plasmado mi sentimiento de desilusión. Pues, recuerdo que, como en todas las elecciones, me levanté muy temprano ese día para votar por quienes pensé que en alguna medida se esforzarían por cumplir sus compromisos sin dar sus brazos a torcer ... y aunque mis candidatos no ganaron, aupé votos por otros, también "independientes", que sí lo lograron ... me equivoqué, pero ya llegarán las otras elecciones...