jueves, 21 de enero de 2010

El voto x los independientes...

Doris Hubbard-Castillo

Muchos fuimos los que nos inclinamos por darle nuestro voto en las pasadas elecciones generales a los candidatos y candidatas independientes, debido a que no nos convencían los de los partidos políticos.

Creíamos en que establecido el precedente de una votación por candidatos independientes se podía lograr, entre otras cosas, que los partidos políticos y los políticos de partido entendieran que no estaban llenando las expectativas de la población y que esta población ya no está dispuesta a seguir dándoles de comer sin que le devuelvan el favor, aunque sea haciendo un buen trabajo.

Lamentablemente, la Corte Suprema de Justicia (CSJ), en una acción que aún se siente sospechosa, no permitió que Juan Jované pudiera postularse a la Presidencia de la República, al dar el fallo que decía que sí podía hacerlo a muy pocos días de la celebración de las elecciones, por lo que no sabemos cómo le habría ido. Cualquier cálculo que hagamos es mera especulación y ya de eso estamos hartos en este país. Hay que tener las cifras en la mano, para hablar de opciones concretas.

No obstante, tuvimos candidatos a diputados, alcaldes y representantes de corregimiento independientes. A la mayoría le fue mal, digo yo que por esa manía de la masa electoral de querer asegurarse su solución personal y no pensar en el bien común, lo cual según ella solo lo garantiza el partido de gobierno y en cierta forma tiene razón; o quizás, siendo más benévola, por la falta de costumbre de votar por candidatos independientes.

El asunto es que muy pocos independientes lograron su cometido, pero quienes lo lograron son los portaestandartes de una experiencia que merece la oportunidad de cristalizar de manera permanente en nuestra cultura política, como una alternativa democrática ante la falta de confianza justificada que generan los partidos políticos.

Pero resulta que una vez investidos con sus bandas de elegidos los flamantes panameños que ganaron al presentar la oferta de independientes se pasan al partido de gobierno, con la excusa de que lo hacen por el bien de sus electores.

Pero no se pasan solos, junto a ellos son varios, si no muchos, los del otrora partido de gobierno PRD que están pasándose con todo y sus tiliches para el partido del presidente, con todas las excusas que han podido acumular.

Sin embargo, estos tránsfugas, forma disimulada de llamar traidores a los traidores, no son los que me preocupan en este momento, sino los "independientes" que han perdido el "in", como ya dijo alguien antes. Porque para mí resultan un fraude, una decepción. Si yo hubiese querido votar por algún candidato de partido, lo habría hecho, pero quise darle oportunidad a esas personas que se arriesgaron solas con un equipo de trabajo formado por personas que creyeron que en efecto podían hacer la diferencia, recursos propios, hasta donde sé, muchas ganas y con una propuesta en mano.

Ahora, ¿por qué se ven "forzados" los ex independientes a "meterse" al partido del presidente? Pues, supongo yo, alguien me desmentirá si estoy equivocada, porque el gobierno nacional -que no es todo el país-, que no es más que el administrador de los recursos del Estado -que sí somos todos-, les manda mensajes muy claros sobre que si se inscriben en el partido del presidente principalmente -dudo que los panameñistas tengan mucho "pull"- sus programas dirigidos a mantener a sus votantes contentos serán apoyados. Contrario a lo que pasará si se mantienen en una línea de independencia, además como son poquitos, pues, su fuerza política no es mucha. Aquí aclaro que este avasallar del partido de gobierno a los que no lo son no es nuevo, siempre se ha dado, pero el asunto es que se supone que estamos inmersos en EL CAMBIO.

Para mí, abusaron, una vez más, de la confianza de los votantes, entre los cuales ha de haber muchos que dirán, "pues, sí, si no hay de otra, que se inscriban en el partido del presidente", pero también estamos quienes vemos en estas acciones el guabineo, el quererlo todo fácil, el no estar dispuesto a pelear por lo que se cree, si es que se cree en algo más que en el simple hecho de ostentar el título de "honorable" diputado, alcalde o representante de corregimiento.

¿Cambio?, no, no lo hay, solo de caras, algunas, porque otras se repiten como las figuritas de un álbum. Ojalá alguna vez, no tan lejana, espero verlo, logremos hacer lo que profesamos, aunque nos cueste, aunque, como se dice, tengamos que arar en el mar, hacer sonar como un trueno el canto de una sola golondrina... A este texto le falta mucho más, pero por hoy lo dejo hasta aquí, porque no quiero ofender a nadie, pero sí dejar plasmado mi sentimiento de desilusión. Pues, recuerdo que, como en todas las elecciones, me levanté muy temprano ese día para votar por quienes pensé que en alguna medida se esforzarían por cumplir sus compromisos sin dar sus brazos a torcer ... y aunque mis candidatos no ganaron, aupé votos por otros, también "independientes", que sí lo lograron ... me equivoqué, pero ya llegarán las otras elecciones...