sábado, 29 de marzo de 2008

El valor de una carretera

Por Doris Hubbard-Castillo
dhubbard.castillo@gmail.com

Solo cuando no se tiene y se necesita usar TODOS los días se sabe lo que vale una carretera, o quizás simplemente se piense en el hecho de que no se tiene, sin detenerse a hacer valoraciones. Sin embargo, todas las cosas tienen un valor, no hablo de un precio, que le da una connotación económica, sino valor, que va mucho más allá.
La carencia, aumenta el valor de las cosas, porque así somos los seres humanos, si tenemos lo que necesitamos, no lo apreciamos en su justo valor; pero si no lo tenemos ocupa diariamente nuestro pensamiento y su valor va creciendo a pasos agigantados, especialmente cuando requerimos usarlo, y más valor le damos si lo tuvimos alguna vez y lo perdimos, por ello la certeza de aquel refrán “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.
¿Por qué toda estas vueltas medio filosóficas?, porque tengo que ir también hacia quienes no le dan valor a lo que otros no tienen, porque ellos lo tienen, por lo que no entienden las urgencias de los que demandan respuestas y consideran que es tontería o simplemente necedad decir que 2500 personas en un pueblo de Chiriquí no tienen buenos caminos de acceso, u otras 2000 no los tienen en Majara de Capira, u otras 2000 más, quizás, en Cermeño, también en Capira, tienen los riñones hechos leña por las malas condiciones de la vía por la cual transitan todos los días.
Y así como ellos, muchos miles de panameños en otras regiones del país, que no saben ya cómo hacer para que las diferentes administraciones gubernamentales, les cumplan todas las promesas que les hacen cuando se acerca el día de ir a votar. Porque no puedo hablar de época de campañas electorales, porque los políticos en este país, sin excepción, jamás dejan de estar en campaña, pues no bien se anuncia el ganador el día de las elecciones, arranca inmediatamente la carrera para ganar las próximas. Por lo que ese día de ir a votar es solo el cierre de un periodo de cinco años de campaña.
¿Cuánto valor tiene un camino, carretera o vía (como le quieran llamar) para quien no lo tiene? Las vías terrestres de comunicación están relacionadas irremediablemente al progreso, a la calidad de vida, e incluso, sin exagerar, la existencia de una vía que permita el entrar y/o salir rápidamente de un lugar puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Y su importancia no radica en quién la pida, sino en el derecho que tenemos todos los panameños a ser adecuadamente atendidos por el gobierno, sea del partido que sea. El proyecto carretero nacional está en mora..., definitivo. Y se debe tener conciencia de que si un paso peatonal es importante para una barriada en la capital, una carretera para quien vive donde no las hay es la diferencia entre quedarse sin estudios, no tener ingresos económicos o... vivir.

sábado, 8 de marzo de 2008

¿Qué hemos logrado las mujeres?

Por Doris Hubbard-Castillo

Después de un mes de vacaciones tengo un sinnúmero de temas en el tintero, pero hoy tengo que hacer una pequeña reflexión sobre la fecha que se celebra en muchos países: el Día Internacional de la (s) mujer (es), no sé por qué el singular.
Y en medio de un montón de mensajes de hombres echándonos flores, y de mujeres echándoselas ellas mismas, me pregunto ¿qué hemos logrado las mujeres hasta el día de hoy?
Y es allí en donde no me permito sonreír complacida por los logros obtenidos, porque no son generales, no son mundiales, no todas las mujeres tenemos las mismas posibilidades de disfrutar lo que se registra como logros a favor de la mitad femenina de la población mundial.
Es cierto, en muchos países las condiciones de las mujeres han variado drásticamente, definitivamente es así y no tengo que ponerme a enumerar todos los logros: más acceso a la atención de salud, a la educación, a mejores empleos, salarios, participación política, etcétera, etcétera y más etcéteras. Sin embargo, aún en los países en donde estos derechos son plenamente reconocidos, siguen existiendo batallas por hacer y ganar. Una de ellas es contra la violencia, que se ha cebado con las carnes femeninas desde el inicio de la historia de la humanidad y que no cesa, misma que acecha desde muchos hogares, amparada en la ignorancia, el silencio y el miedo.
Pero si así andamos por donde tenemos leyes y toda clases de mecanismos a favor, por otros lugares las condiciones son lamentables, humillantes, criminales. Y eso hay que atenderlo, buscar la forma de erradicarlo en el mayor porcentaje posible. No se puede claudicar ni mucho menos dejar a esas mujeres solas, siendo víctimas de actos aberrantes y en sistemas en donde hay un flagrante y total desconocimiento de sus derechos, incluso al de la vida.
Estas fechas para mí son básicamente para detenerse y evaluar lo hecho y lo pendiente. Bien por las flores y todas las frases bonitas, pero al poner logros y pendientes en una balanza, los pendientes, aunque sean menos que hace unos años, siguen pesando más, porque mientras una sola mujer de cualquier edad sufra por el desconocimiento de sus derechos más elementales, seguiremos en rojo.