miércoles, 29 de abril de 2009

El final de un mal capítulo

Doris Hubbard-Castillo
(Publicado en La Estrella de Panamá el 30 de abril de 2009)

Terminamos un largo y tortuoso camino. ¡Por fin! se acabó esta campaña política, que en realidad inició minutos después de que fuera proclamado el actual presidente de la República.

Hemos visto y escuchado de todo, de todo, nuestra inteligencia ha sido insultada constantemente. Únicamente escuchamos discursos populacheros... de todos lados, buscando ganar la aceptación de esa gran mayoría que pone los votos y la cual no tiene una cultura política que nos garantice que serán los mejores los que recibirán la bendición del “soberano” pueblo panameño; y eso hablando de todos los puestos de elección, hay cada candidato.

Es llover sobre mojado señalar que esta será la campaña recordada como la peor de los últimos 20 años, y, como dice Juanes, a Dios le pido que ninguna que le siga haga méritos suficientes por superarla en ese sentido, como la peor; es llover sobre mojado también hablar de que hemos visto en su máxima expresión la traición, la grosería, la chabacanería, las payasadas, la falta de discursos que nos hagan pensar que estamos frente a verdaderos estadistas, entre otras carencias.

No obstante, ¡se acabó! Y lo que ahora debemos procurar todos, sin excepción, es darle a este mal capítulo de nuestra historia política un final, que yo quisiera que pudiera ser calificado como grande, esplendoroso, pero me conformaré con que sea bueno. No voy a caer en decirles si votar o no votar, menos cómo votar, esta última orientación sólo se la reconozco al Tribunal Electoral, y es esa que explica los pasos del proceso, lo demás sale sobrando.

Ese buen final, para mí, es que votemos o no, respetemos el proceso; tengamos presente el bien común; seamos coherentes; busquemos ser instrumentos de paz, no tratemos de mover lo que está quieto, nada de estar insinuando, y menos provocando, situaciones que lo único que traerán es desasosiego y dolor a nuestra Nación.

Seamos responsables, aprovechemos este “silencio político”, que por fin nos dejará pensar, para... pensar.

miércoles, 22 de abril de 2009

Un espacio para la Tierra

DORIS HUBBARD-CASTILLO
(Publicado el jueves 23 de abril de 2009 en La Estrella de Panamá).

Sé que este tema no vende, porque no llama la atención de quienes se quejan de que sólo se habla y escribe de política, pero..., sólo hablan y leen de política. Sin embargo, al tratarse del único ‘espacio’ conocido en el inmenso Universo en el que los Seres Humanos podemos vivir, es un sacrificio insignificante darle ‘un espacio’ a la Tierra.

Dentro de todo lo dicho sobre medioambiente, ¿qué más puedo aportar yo? Bueno, sería un humilde llamado a los gobernantes —por ahora a los nuestros, aunque no creo que me hagan caso—, principalmente a los por venir, para que en sus agendas le den un espacio prioritario a estos temas, sobre los cuales, al estar conscientes los genios —digo lo de ‘genios’ sin sorna— de las campañas políticas de que al ‘pueblo’, esa masa aportadora de votos, le vale un cerro de tierra el medioambiente, no le dieron un espacio importante ni en la agenda ni en la propaganda preñada de promesas.

No he sabido de cuñas que digan nada sobre protección al medioambiente, por lo menos. Algo así como: “somos los más locos por proteger nuestros ríos y playas” o “de corazón te prometo que no daré concesiones a proyectos que contaminen nuestros recursos hídricos” o “somos los más locos por detener la deforestación” o “soy una mujer de resultados, tú sabes que haré lo necesario para proteger nuestros recursos naturales” o “Mírame la cara, tú sabes que haré cumplir todas las leyes sobre medioambiente”. Ni una volante. Si alguien tiene una, me la hace llegar, por favor.

Ese, proteger nuestra casa, debe ser un compromiso de todos, gobernantes y gobernados, las dos partes responsables de lo que ocurre con nuestro único hogar conocido y posible, la Tierra. Y le recuerdo a la masa aportadora de votos que de existir alguna vez otro lugar a dónde ir, de seguro ustedes, o más bien, nosotros, no tendremos cómo comprar el boleto, que pueden jurar que será carísimo. Así que mejor cuidamos lo que tenemos, aunque sea por instinto de supervivencia.

Finalmente, no crean que se me olvidó, hoy es el Día del Idioma, pero no podía ignorar la Tierra, cuestión de prioridades.

miércoles, 8 de abril de 2009

Tiempo de reflexión

DORIS HUBBARD-CASTILLO

“Estar en tiempo de reflexión”, es más que una frase rebuscada que utilizamos en cualquier época en que quienes profesamos alguna creencia religiosa pensamos en recogernos “suavizados”, quizás hasta “sublimizados”, por lo que para nosotros es una “fecha especial”.

La “reflexión” es para mí casi una cualidad humana, que debemos cultivar. No siempre lo logramos. Personalmente, aunque suelo darle muchas vueltas a lo que debo hacer, no puedo decir que siempre reflexiono. Claro que en los asuntos que conllevan aceptaciones o renuncias, hago un balance de pros y contras, pero no en todo y ello no siempre implica reflexión.

Metidos como estamos, queramos o no, en esto de la campaña política, siento que nos hemos dejado llevar por la tendencia a la descalificación, al insulto, a la palabra hiriente. Esto interesados más en desarmar al supuesto adversario, que en llegar a un punto en que logremos el análisis sesudo, respetuoso. Nos olvidamos de la argumentación seria y equilibrada, pues, es más fácil insultar, destruir, que pensar en un balance correcto de lo que diremos.

¿Estamos pensando antes de hablar? ¿Estamos claros en que las palabras no siempre se las lleva el viento y que cada “sentencia” que soltamos deja un daño que puede ser irreversible? ¿Estamos seguros de que nuestras palabras y acciones siempre están firmemente revestidas de un puro interés por hacer el bien?

Alguna vez escuché a alguien decir que la política es cochina, por ello, no ha de exigir reflexión; pero otro señaló que no, que la política es un arte y los cochinos son los políticos, por lo que no hay que esperar que piensen, menos que reflexionen. Pero hace poco escuché de alguien un “no es cierto” tajante cuando su interlocutor dijo que ningún político dice la verdad. Eso sustentan mi esperanza, porque tampoco creo que todos sean cochinos o mentirosos, y sí podemos esperar que piensen y reflexionen.

Y así, todos, dedicados a la política de manera abierta o no, podemos reflexionar sobre nuestras palabras y acciones antes de ejecutar los hechos, porque, con esto de la descalificación y el insulto estamos dañando nuestra sociedad. Ofendemos, denigramos y cerramos la puerta a cualquier posibilidad de diálogo.

Yo procuraré reflexionar en estos días, confío en que Dios se apiade de mí y de quienes se crucen en mi camino.

miércoles, 1 de abril de 2009

Si seguimos así, perdemos

DORIS HUBBARD-CASTILLO

¿Cuál será el argumento que debemos utilizar para que la ciudadanía en general entienda que si no cooperamos nos arriesgamos a perder la salud o la vida? Se ha informado hasta el cansancio sobre los altos índices de infestación del mosquito Aedes aegypti y de los casos de dengue que ya se han registrado; incluso de la ciudadana que murió en Chiriquí por dengue hemorrágico, pero nada parece despertar nuestras conciencias, ni la amenaza de muerte.

Quizás harán más caso si les decimos lo que a opinión de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) está sucediendo en nuestra Región con el dengue y dengue hemorrágico. Hace poco — el 25 de marzo, para ser precisa — la directora de ese organismo, Dra. Mirta Roses Periago, hizo un llamado a todos los países de las Américas “a aumentar sus esfuerzos y colaborar en la lucha contra el dengue”.

“Hasta la fecha, en el 2009, los países han notificado 113,758 casos del dengue, incluidos 2,052 casos de dengue hemorrágico y dengue con complicaciones y 42 defunciones. El año pasado, los países notificaron 850,769 casos, incluidos más de 38,000 casos de dengue hemorrágico y 584 defunciones”, según nota de prensa de la OPS. La Dra. Roses dijo que “la concientización del público y la participación comunitaria desempeñan funciones claves al combatir el dengue. Los esfuerzos de prevención más eficaces son limpiar el agua en los neumáticos viejos, los jarrones y envases de agua donde los mosquitos pueden criarse, incluidos los envases dentro de las casas, así como en los patios. La protección personal es también importante; las personas deben usar repelentes y evitar exposición a los mosquitos, especialmente entre los niños”.

Pero todo esto ya lo sabemos, ¿verdad?, lo hemos escuchado muchas veces de nuestros funcionarios de Salud. Esos hombres y mujeres que, con muchas limitaciones, se esfuerzan por apoyarnos. Esto no tiene nada que ver con política partidista. ¿Quieren saber lo equitativo que es el dengue? Sigamos criando mosquitos...