martes, 23 de noviembre de 2010

Días de meditación

Hace ya demasiado tiempo que no le dedico unas horas a este, mi blog, una desatención que trataré de resarcir en adelante. Sin embargo, agradezco a quienes entran a ver si me acordé de cumplir, pues hoy me llevé una linda sorpresa, entré, pero antes de que abriera me dije "de seguro estaré en el último espacio de popularidad", pero no, veo que me han estado dando seguimiento, gracias.

Bien, he tenido varios meses, más que días, sin escribir ni en La Estrella, ni aquí, excepto por los comentarios que hago en mi perfil en Facebook, por motivos que no vienen al caso comentar, pero veo con suma preocupación todo lo que está pasando y ha pasado en nuestro país en los últimos meses, especialmente desde el 1 de julio de 2009.

Me gusta el orden y no soy partidaria de romperlo, por ello, pese a que el gobierno actual no goza de mi total simpatía, jamás puedo estar de acuerdo con ninguna intención de entorpecerle el camino; sin embargo, estoy firmemente convencida de que la mejor y más fuerte oposición a este gobierno, no son ni siquiera los medios de comunicación como escuché a alguien comentar, si no el mismo gobierno.

Demasiados errores, demasiada prepotencia, demasiada improvisación, demasiadas actitudes mesiánicas, demasiada falta de respeto contra todo el que se atreve a disentir, demasiada persecución, demasiada ira, demasiado odio, demasiado léxico fuerte; muy poca tolerancia, muy poca disposición a escuchar, muy poca -o más bien nula- consulta A TIEMPO, antes de tomar decisiones que nos afectan a todos los hijos de esta tierra.

Los días en que decíamos, "es que no saben de gobierno", ya pasaron, a estas alturas o deberían haber aprendido o usado el sentido común y llamar a los mejores de las facciones opositoras o la sociedad civil, que sí saben cómo se maneja la Cosa Pública... él lo prometió, que gobernaría con los mejores, sin importar de dónde fueran... entonces, no hay excusas. Lo que sí hay es una constante improvisación.

Particularmente creo que en su fuero interno el Excelentísimo Señor Presidente de la República tiene intención de hacer buenas cosas por el país, pero lo que hace con las manos lo desbarata a patadas, bueno, muy moderno y auténtico él, en realidad lo desbarata a mazazos o batazos...

Aún está a tiempo, le falta mucho más de la mitad de su gobierno, y creo que la mayor aspiración del señor presidente debe ser que cuando salga de la Presidencia de la República pueda caminar por nuestras calles con la frente en alto y sin necesidad de seguridad.