Más allá de las censurables palabras
del ya exprecandidato a la Alcaldía capitalina Roberto “Bobby”
Velásquez, en broma o en serio, como me han comentado varias
personas y yo misma he cuestionado directamente al presidente de la
República cuando le señalé, respondiendo a su tuit sobre el tema:
“¿GÉNESIS? "@rmartinelli
: advertí sobre la grabaciòn hecha por ellos mismos...". SI
FUE HECHA "POR ELLOS MISMOS", ¿CÓMO (UD.) SABÍA?”.
Espionaje, estamos en manos de un grupo
totalmente irrespetuoso de los derechos civiles y políticos, y la
sociedad, sumergida en el morbo de lo que Velásquez dijo, no se
percata del peligro a nuestras libertades individuales. Si es
peligroso el ambiente de violencia verbal, que puede, a medida que
avanzan los días, caer en física; más peligroso es estar bajo el
influjo de mentes siniestras, que usarán todos los recursos, por
bajos que sean, para mantenerse en el poder, que por sus actos, ya
parece usurpado.
Si hay que investigar a Bobby
Velásquez, también hay que investigar la grabación... su origen,
quién la mandó a hacer, mismo que debe haber pagado por ella -tanta
maldad de gratis, no creo-, quién la hizo. La certeza del presidente
de la República de la existencia de la grabación y que ya sabemos
que tenía razón en tal certeza, llama a comenzar por el Palacio de
las Garzas, el partido Cambio Democrático y sus allegados más
cercanos. Porque, insisto, ¿cómo el señor presidente de la
República sabía de una grabación “hecha por ellos”? No nos
llamemos a engaños ni pequemos de tontos, ¿el Consejo de Seguridad
del Estado, mismo que debe estar protegiendo al país, está siendo
utilizado para espiar a los ciudadanos?
Creo que, otra vez, la respuesta a una
de mis preguntas es, sí...
Si seguimos de simples espectadores,
morbosos y permisivos, además de ver cómo gente de todo el mundo se
apropia de cada metro de nuestras tierras, veremos cómo nos
convertimos en prisioneros de un sistema autocrático, irrespetuoso
de la Constitución y las leyes; grabados en videos y audios... con
autoridades que se arrogan la facultad de tomar por nosotros la más
mínima decisión, aún las más elementales... ¿vivimos, comemos...
morimos? Mejor exagerar un poco, que caer en un estado aletargado,
que nos lleve al despeñadero irremediablemente. Mi apreciado Juan
Luis Correa suele finalizar sus escritos diciendo “Sonríe
Panamá”... Yo le digo: DESPIERTA...