martes, 21 de julio de 2009

Panameños entre patadas e insultos de dos grandes...

DORIS HUBBARD-CASTILLO*

Primero Javier Aguirre, director técnico de la selección mexicana, nos patea a Ricardo Phillips, aunque después dijo que “no tenía mala intención”; y ahora el ex árbitro internacional y comentarista de Televisa, Arturo Brizio Carter, califica a toda nuestra Selección Nacional de Fútbol, nuestra “Sele”, como una “caterva de hampones”.

Son acciones y comentarios que, más que enojo, me causan sorpresa al venir de dos personajes que deberían ser guías del deporte, no solo de su país, México, sino regional, mundial, por la calidad de profesionales que son y por toda la experiencia que acumulan.

No obstante, Aguirre (alias El Vasco) y Brizio, nos dejan ver que ese deporte, el fútbol, que genera tantas pasiones, puede también anular el buen juicio a los mejores y en lugar de despertarles el deseo de corregir situaciones que no son extrañas en los encuentros deportivos, como los empujones, insultos, golpes, poses histriónicas de jugadores que fingen lesiones e incluso actos de corrupción, se dejan absorber por lo que deben promover que se corrija y lo empeoran, precisamente por ser quienes son.

Javier Aguirre y Arturo Brizio Carter no son, como decimos comúnmente, “unos cualquieras”, sus hojas de vida profesional dejan pasmados a muchos... de envidia y reconocimiento. De allí que sus actuaciones y palabras cobran mayor importancia.

Hay seres humanos que han nacido para ser guías, para marcar el rumbo, y al ser figuras públicas deben tener presente que sus actuaciones y palabras, aunque ellos no quieren e incluso los demás tampoco, cobran una vigencia e importancia extraordinaria.

Creyente y seguidora como soy, más de lo que representan los deportes como herramienta eficaz para promover una vida sana, la concordia y amistad entre pueblos, que de un deporte en especial, reconozco que muchas veces me molestan algunas actuaciones de nuestros deportistas durante los encuentros. Sobreactúan por los golpes que reciben, golpean a otros a propósito, dicen palabrotas, escupen, se tocan sus partes “nobles”, a las que realmente no entiendo por qué les llaman así, no solo las propias, sino las de sus compañeros... para celebrar, ¡que costumbre tan fea!, entre otras cosas. Sin embargo, considero que no es a través del insulto como se va a corregir a los peleones, para que tengan una mejor conducta.

Lo que hizo Aguirre quedó pálido, es prácticamente insignificante, ante las palabras de Brizio, pues este último ha ofendido a todo un pueblo. Aguirre nos dio una patada, que cabe la posibilidad de que haya sido accidental, le doy el derecho de la duda, sobre todo porque se mostró arrepentido y avergonzado y siempre he creído que cuando alguien pide perdón o, por lo menos, disculpas, hay que aceptar su palabra. Pero... Brizio nos acusó de delincuentes, porque debe tener presente que la Selección Nacional de Fútbol de Panamá, y todo equipo que actúe en nombre de nuestro país, representa a todos los panameños y viceversa.

No solo debemos exigir una disculpa, de todos los Brizios que se nos aparezcan, sino que las personas con capacidad para influir en la opinión pública, en nuestros jóvenes, en el desarrollo de los diferentes sectores de nuestras sociedades, ya sea a través de la literatura, la música, las artes, la política y los deportes sean comedidas en sus actuaciones y palabras.

Pero... por si a alguien se le ocurre, no agarremos el coraje contra todos los mexicanos, solo fueron dos de ellos los que nos ofendieron. Usemos el deporte para promover la paz y la hermandad entre nuestros pueblos, no para generar una cultura de odio y revanchismo. Pero en cuanto a Arturo Brizio Carter... mientras no se disculpe con mi país, para mí es non grato en Panamá...

*Periodista.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Efectivamene, un non grato y un abusador!