lunes, 10 de agosto de 2009

Los transportistas y mis derechos

Doris Hubbard-Castillo

Haciendo historia, cuando Omar Torrijos les dio “el machete” no era para que le cortaran la cabeza a la ciudadanía usuaria del servicio, que prestan porque el Estado les otorga la concesión, misma que han convertido en un bien personal que venden e incluso heredan a sus familiares, pero dan un servicio que cada día es peor y no muestran ninguna intención de querer mejorarlo, pese a sus eternas promesas gobierno tras gobierno.

No sé hasta dónde el gobierno actual haya hecho acuerdos con los transportistas cuyas candidaturas apoyó, pero lo que sí sé es que ninguno de esos acuerdos puede estar por encima de mi derecho a tener a disposición un servicio público de transporte acorde a mi dignidad humana. Lo que tenemos actualmente puede ser definido como transporte para carga muerta ni siquiera para ganado vivo rumbo al matadero.

Si queremos exagerar y buscarle las cinco patas al “micho” , así como los transportistas, apenas ven que no se van a salir con las suyas, piden diálogo, pero con una espada sobre la cabeza de la contraparte, podemos decir, entonces, que la necesidad de transporte de la ciudadanía puede ser considerada un asunto de seguridad nacional, porque la falta de él atenta en contra de otra seguridad, la económica; además de violar el derecho de libre movilización de la ciudadanía.

De ser así, además de que los transportistas hacen usufructo de un bien del Estado, entiéndase Pueblo , pero no cumplen con su parte del “trato” , diremos, pues, que si mañana yo intento llegar a La Estrella y no puedo, porque ninguno de los buses llenos hasta la puerta, con asientos rotos, alambres sueltos, malolientes y conducidos como almas que lleva el Diablo, que usualmente llevan uno, dos o tres “pavos” “rofiones” , más la “amiguita” del conductor está disponible, le corresponde al Gobierno Nacional hacer respetar mis derechos.
Y eso espero que haga.

*Primero que todo, ciudadana de este país.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El fondo del transporte es que el servicio pase a tiempo y lleve a tiempo al destino, para que el usuario pueda organizar sus actividades en base a un servicio organizado y debidamente tutelado por el Estado. Aquí están a la libre voluntad y jamàs puede saberse a que hora pasarán, ni a que hora llegaràn a su destino, lo cual hace imposible ortanizar la vida contemplando el funcionamiento normal del transporte!