Estos momentos son cruciales para todos.
En el caso de los comunicadores sociales que cubren los hechos en las calles, es hasta un asunto de riesgo para su integridad física, pero su trabajo es estar en las calles para informar.
Atacarlos, así sea solo de palabra, no debe ser opción.
Los comunicadores que solo estamos viendo y comentando en la seguridad de casas u oficinas, al menos, debemos expresar nuestra solidaridad con ellos, llamar a la tolerancia, al respeto.
Pero veo COMUNICADORES que lo que están haciendo es echarle más leña al fuego, haciendo, AHORA, comentarios sobre imparcialidad, ética, ETCÉTERA.
Parece que quieren "likes".
No es el momento para esos comentarios, sino para llamar a la cordura, al respeto a nuestros colegas que están en la calle tragando humo, arriesgándose a recibir un golpe, una pedrada, e incluso, un balazo.
Cuando pase esto, que espero logremos todos, como sociedad, superarlo, entonces, sí, aunque nunca se hayan preocupado por el camino que sigue la comunicación social en Panamá, hagámonos toda la autocrítica necesaria, pero justamente. Sin imponer ideologías políticas o de otra índole.
Ser leal a su gente, a su gremio, no es ser permisivo, es... ser leal.
Lo que está sucediendo con los comunicadores sociales en las calles, no son solo "gajes del oficio". Los dueños de medios, los jefes directos ESTÁN EN LA OBLIGACIÓN DE PRONUNCIARSE AL RESPECTO Y, DE FORMA ENÉRGICA, EXIGIR RESPETO A SU EQUIPO, QUE SE JUEGA EL PELLEJO POR SU TRABAJO, POR ELLOS.
Esto no es para ganar "rating".
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