lunes, 2 de julio de 2012

AGUA

Y no la lluvia, que generosamente nos da el cielo con cierta frecuencia en unos meses más que en otros, sino la potable; la que DEBE llegar diariamente a todos los hogares panameños, SIN EXCEPCIÓN, es la que sigue preocupando a diferentes sectores del país.

En unos sectores, una llave, tubería o hidrante botando agua altera los nervios de cualquier persona que tenga conciencia; sin embargo, hay miles de panameños en todo el país, comunidades a orilla de carreteras nacionales o en áreas de difícil acceso, que ni así la ven; otros, que se supone la tienen, como en ciertas áreas de Arraiján, por ejemplo, constantemente se llevan la sorpresa de que NO HAY y tampoco regresa prontamente.

En otros lugares rurales, también después del Puente de las Américas, como Majara en Lídice, en el distrito de Capira, una persona controla el acceso a ella de todo el pueblo, que tiene que ajustarse a “sus” horarios, pero cuando tiene visitas en su casa o quiere lavar su ropa, ese horario “generosamente” se extiende.

Corresponde al gobierno resolver el acceso al agua potable de TODOS, sin excusas ni intenciones extrañas. Que la medicina no vaya a ser peor que la enfermedad...

Queremos soluciones permanentes, efectivas, viables, que no nos cuesten más dinero del que ya nos cuesta vivir en este país.
NOTA: EDITORIAL SOBRE EL PROBLEMA DEL AGUA, QUE PERMANECE INDISTINTAMENTE DEL ÁREA GEOGRÁFICA.

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