miércoles, 20 de julio de 2011

De majestad de cargos y redes sociales

La dignidad o majestad de un cargo por la primera persona que debe ser respetada es por quien ostenta ese cargo. La personalidad “especial” de nuestro mandatario ha pasado la definición de “populista de derecha” -que hemos tenido que inventar por él- para poco a poco caer en “pintoresca”, la cual me privo voluntariamente de darle otros adjetivos por no faltar o parecer que le falto yo al respeto.


A tal punto ha llegado la insistencia del mandatario en potenciar su “estilo”, que escuchamos a personas, que para mí son serias, decir, en una especie de justificación, “ese es el presidente”, “así es el presidente”. Excusando en público lo que en privado la mayoría critica, censura o, por lo menos, es motivo de un meneo de cabeza en señal de desaprobación. Pero nadie -o muy pocos- se atrevería a decírselo de frente, incluso miembros de su Gabinete, que le palmearán la espalda y le dirán “bien hecho” y celebrarán delante de él sus “ocurrencias”, sus “metidas de pata”. No le hacen ningún favor, menos al país.

Su respuesta al ataque recibido es para muchos que lo vemos y escuchamos a diario, hasta normal, viniendo de él; pues, así es, espontáneo, poco formal, quitado absolutamente de lo protocolar, que nos hace sentir vergüenza ajena y en muchas ocasiones nos hace reír, aunque, pese a la chanza, reprobemos su actitud poco ortodoxa. En lo personal me recuerda al ex presidente Abdalá Bucaram, y quisiera verlo más formal, quizás se vuelva aburrido, pero lamentablemente su papel no es alegrar el patio ni nacional, ni internacionalmente.

Definitivamente la forma de plantear el descontento por parte de su contraparte, no fue la adecuada, aunque en el fondo tenga razón; pero, la respuesta del mandatario, tampoco. Como dijo Milton Henríquez, los dos fallaron. Pero, para mí, quien más falló fue el mandatario, pues, humano, con sangre en las venas y un derecho a exigir y esperar respeto que no le niego, él, desde el momento en que se puso la banda presidencial, dejó de ser un ciudadano común y corriente, que puede agarrarse con quien quiera a golpes, de palabras o de puños.

Simplemente no debió responder o responder de otra manera, solo con un “¡respeta!” o hacerle un fuerte llamado de atención al ofensor, pero con términos adecuados. Incluso, aprovechar para señalar a otras personas que no miden sus palabras a la hora de expresar su descontento y estoy segura de que hoy estaríamos hablando del “muchacho mal portado”, y defendiendo al ciento por ciento al mandatario. Aunque el mismo mandatario esté entre esas personas que no miden sus palabras, recuerden los noticieros de pacotilla, los periódicos que publican “babosadas”, aquello de “mazo a los empresaurios”, cuando le dijo a Bosco que dejara de hacer zoquetadas y babosadas, la arremetida contra el alcalde sonaeño, el perredista Faustino Camaño, entre otros.

Los políticos, sobre todo el primer mandatario de la Nación, en las redes sociales deben ser muy cuidadosos con lo que publican. A menos, claro, que la intención sea inconfesable. Desviar la atención mediática y social de los temas que provocan descontento y bajones de encuentas. Sabe perfectamente el mandatario que estamos pendientes de él, precisamente por ser quien es, su cargo saca de las proporciones normales lo que hace, dice y ahora... ESCRIBE. Y O.N. le dio la oportunidad al mandatario de tirarnos otra cortina de humo el día que hablábamos de un Presupuesto General del Estado que puede llegar a -o pasar- los 14000 millones de dólares, con lo cual el nerviosismo de todos los dueños de este país sube al máximo, porque queremos saber cómo vamos a enfrentarlo, de dónde viene y a dónde va el dinero.

1 comentario:

Jorge Ramiro dijo...

Me interesa conocer el tema de los cargos y las noticias en distintos lugares y por eso a través de internet suelo informarme sobre distintas cuestiones. Tambien lo hago con mi samsung smart tv y asi me informo bien con distinta clase de noticieros