jueves, 18 de octubre de 2007

Escalofríos

(Para quienes no lo hayan leído)
Fue publicado en La Estrella de Panamá el lunes 15 de octubre de 2007.

Por Doris Hubbard-Castillo

Alguien dijo "no hagas cosas buenas que parezcan malas", y otra persona más, que supongo era religiosa, dijo que "escandalizar es un pecado". Bueno, estas dos premisas parece que no son conocidas por muchos miembros del actual gobierno, ya que constantemente en sus actuaciones, que noblemente (o ¿ingenuamente?) presupongo de buena fe y con la mejor intención en beneficio del país y los asociados, hacen cosas, según ellos, buenas, que dan la ¿percepción? de ser malas y que, por supuesto, escandalizan a un pueblo que todavía no sana las heridas dejadas por 21 años de dictadura cariñosa.
Hoy, creo que hay cierta cantidad de personas escandalizadas o quizás con calambres en el estómago por una visión del pasado, aún cercano. Un pitufo, y no se trata de Papá Pitufo ni de Gruñón, Goloso, Vanidoso o Miedoso. Sino de uno de esos camiones usados para controlar (¿o será reprimir?) multitudes, que era muy común ver en la época de Noriega durante las protestas de los opositores.
Desde que lo vi, momento en que me produjo (literalmente) escalofríos, estoy tratando de adivinar su precio, alguien me dijo que definitivamente no deber ser menos de 100 mil dólares, que ya es bastante; y me pregunto ¿cuántos vehículos sencillos (por llamarlos de alguna manera), pick up de doble cabina o de una o sedanes de cuatro puertas, además de motos y bicicletas, armas cortas (revólveres calibre 38, nueve milímetros), o armas larga (escopetas, etc.) se pueden comprar con lo que cuesta un monstruo de esos, digno de ser la limosina de RoboCop?
Y me lo pregunto, porque si bien hay momentos en que mis compatriotas que salen a protestar por los males que aquejan a nuestro país y por los que la gran mayoría silenciosa y por silenciosa, permisiva, parece que no estuviéramos sufriendo, me provocan retrasos para llegar a mi destino, yo prefiero que en lugar de andar comprando súper equipos para reprimirlos, se compren los necesarios y suficientes para hacer que el hecho de que las niñas sean asesinadas en sus casas sea una cosa muy extraña en Panamá; porque si la Policía anda por las calles del país cumpliendo con su deber de cuidar nuestra vida y bienes, adecuadamente equipada y con los medios para moverse rápido, no es que no se cometerán crímenes, pero de seguro los índices bajarían.
Claro está, además de equipos, necesitan una limpieza interna, para garantizarnos que si no todos son buenos, tampoco todos son malos. Los panameños necesitamos tener confianza en la Policía Nacional, creer y sentir que en efecto sus miembros están para ayudarnos, cuidarnos y garantizarnos, en la medida humana de sus posibilidades, la vida. Que su presencia no provoque rechazo, sino tranquilidad, sensación de seguridad y respeto, y no por el uniforme y las armas, sino por ser quienes están allí, arriesgándolo todo por proteger a sus compatriotas.
En ese sentido, que salgan imágenes del ahora llamado pitufo del S. XXI, más que hacer pensar en seguridad, da una molesta sensación de que quieren intimidar; y no es que se quiera vivir del pasado, es que el pasado no lo podemos olvidar, sin sufrir como pena que se repita.

1 comentario:

Gabriel Perea dijo...

Excelente Doris, bienvenida al mundo de los bloggeros, donde puedes expresar tus pensamientos con libertad, personas como tu esta contribuyendo a engrandencer nuestro pais formando opinion, es un inicio que puede llevarte muy lejos.

Gabriel J. Perea (El Arquero)