sábado, 26 de enero de 2008

'Progreso para la infancia'... I Parte

1- Sobre el informe en sí
2- ¿Cómo le va a Panamá?

Por Doris Hubbard-Castillo

1- Sobre el informe en sí

El 10 de diciembre del año pasado la UNICEF dio a conocer un nuevo informe sobre los avances obtenidos hasta la fecha en el camino hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuyo plazo meta es el 2015.
Explica la UNICEF, en una nota enviada a los comunicadores sociales, que Progreso para la Infancia: Un examen estadístico de Un mundo apropiado para los niños, es el sexto número de una serie de informes titulados Progreso para la Infancia publicados por ese organismo de la ONU, y el que ofrece una mayor cantidad de información desde que se inició la serie en 2004.
De acuerdo al informe en cuestión, desde que en el año 2000 los países participantes en la Cumbre del Milenio acordaron los ODM, se han dado progresos, mismos que al estar a la mitad del plazo pueden considerarse tímidos talvez, pero progresos en fin que merecen ser reconocidos. Y es aquí en donde debemos hablar del compromiso de los gobiernos y las sociedades, pues de nada sirven acuerdos, actas, cartas, resoluciones internacionales y leyes en cada país para ratificar lo pactado, si no se crean e implementan, en cada país participante, políticas dirigidas a cumplir a cabalidad con el compromiso hecho.
Aunque no podemos dejar de lado esos logros obtenidos desde el año 2000, cuando los representantes de los países participantes se comprometieron a lograr cambios significativos a favor de una vida digna de los millones de seres humanos que habitamos el mundo, debemos estar concientes de que definitivamente a escasos 8 años para que se cumpla el plazo auto impuesto, falta mucho por hacer, como lo señaló la directora ejecutiva de UNICEF, Ann M. Veneman.
¿Pero qué nos dice el informe en mención? Pues, en principio nos recuerda que recientemente se informó que, “por primera vez en la historia reciente, el número de niños y niñas que habían muerto antes de cumplir cinco años en 2006 había sido inferior a los 10 millones, Progreso para la Infancia ofrece datos sobre las medidas que contribuyeron al mejoramiento de la salud infantil, incluso aquellas que podrían generar mayores reducciones en la mortalidad de menores de cinco años durante los próximos años”.
Pero..., estamos hablando de muchos seres humanos, así que esas cifras ‘inferiores’, aún siguen siendo demasiado altas en un mundo tan disparejo, en donde un pequeño porcentaje de la población disfruta del porcentaje más alto de las riquezas existentes. Porque, seamos claros, ya antes se ha señalado, la pobreza en el mundo no se debe a la falta de recursos, sino a la mala distribución. Es más, los llamados países del subdesarrollo somos poseedores de inmensas riquezas de todo tipo. Como quien dice, somos dueños de una buena vaca lechera, pero alguien se nos está llevando la leche y en el mejor de los casos, nos la trae de vuelta a un precio más alto del que nos pagó por ella.
Los niños y las niñas mueren por muchas causas, entre ellas la desnutrición, la violencia y enfermedades prevenibles, incluso con 1.50 de dólar o menos, pero ¿dónde está ese dólar y medio? Países como Panamá requieren destinar más recursos al sector salud, sin escatimárselo, porque todo buen propósito no tendrá objetivo con una población enferma.
Siguiendo con el informe, este destaca algunas conclusiones, tales como: (textualmente, según la nota de UNICEF) “1- Entre 1990 y 2004, más de 1,200 millones de personas tuvieron acceso al agua potable; 2- Entre 1996 y 2000, las tasas de lactancia materna temprana y exclusiva –un hábito que tiene el potencial de evitar el 13% de todas las muertes de menores de cinco años en los países en desarrollo– han aumentado en muchos países. En siete países de África subsahariana se produjo un aumento de un 20% en la lactancia materna temprana y exclusiva; 3- Los países afectados por el paludismo han aumentado la utilización de mosquiteros tratados con insecticidas para los niños, y muchos de ellos han triplicado por lo menos la cobertura desde 2000; 4- El acceso a los medicamentos antirretrovirales que reducen el riesgo de transmisión del VIH y el SIDA de las madres a sus hijos aumentó del 7% al 11% para las mujeres infectadas en los países de bajos y medianos ingresos entre 2004 y 2005. El acceso al tratamiento antirretroviral para los niños también se incrementó en gran parte del mundo, y ; 5- El número de niños que recibieron las dos dosis recomendadas de suplementos de vitamina A se cuadruplicó entre 1999 y 2005. La administración de suplementos de vitamina A reduce la posibilidad de que los niños mueran a causa de enfermedades comunes”.
Por otra parte, se indica que durante estos años se han logrado avances en la educación, la igualdad entre los géneros y la protección de la infancia. En lo que corresponde a la educación se registró un aumento en la matrícula y asistencia a la escuela, que redujo en un 20% el número de niños en edad escolar primaria sin escolarizar entre 2002 y 2006.
Las niñas siguen estando desfavorecidas en algunas esferas, pero la diferencia de género en la escuela primaria y secundaria es cada vez menor, y dos terceras partes de los países del mundo lograron la paridad en la educación primaria en 2005.
De igual forma se indica un cambio ‘lento’ en la eliminación de esa práctica cruel e inhumana que es la mutilación/excisión genital femenina, pero igualmente se logró un descenso en los últimos 15 años, igual que en los registros del matrimonio infantil, que es cada vez menos frecuente.
Pero..., además de resaltar estos avances en favor de la niñez, Progreso para la Infancia ofrece también estadísticas que no ofrecen ningún motivo de celebración. Por ejemplo:

· Aunque la prevalencia del bajo peso en la infancia ha descendido de un 32% a un 27% en el mundo en desarrollo desde 1990, un número alarmante de niños y niñas menores de cinco años –143 millones– siguen sufriendo a causa de la desnutrición; más de la mitad se encuentra en Asia meridional.
· La cobertura en el tratamiento para las principales enfermedades infantiles, como la neumonía y el paludismo, se amplía muy lentamente. Solamente la neumonía y el paludismo representan el 27% de todas las muertes anuales de menores de cinco años.
· Más de 500,000 mujeres siguen muriendo todos los años como resultado de complicaciones durante el embarazo y del parto. Alrededor de la mitad de estas muertes se producen en África subsahariana, donde 1 de cada 22 mujeres embarazadas tiene posibilidades de morir, en comparación con 1 de cada 8,000 en los países industrializados.
· La falta de saneamiento básico, junto a la higiene deficiente y la falta de agua potable, siguen contribuyendo a causar la muerte de más de 1.5 millones de niños y niñas a causa de enfermedades diarreicas todos los años. En 2004, el 41% de la población mundial –2.600 millones de personas– no utilizaron instalaciones mejoradas de saneamiento. Aunque desde 1990 se han logrado algunos progresos, mantener el ritmo del crecimiento de la población sigue siendo un problema importante.
· En muchos países, las nuevas infecciones por VIH y SIDA se están concentrando sobre todo en los jóvenes, que representan el 40% de los 4,3 millones de nuevas infecciones por VIH que se produjeron en 2006. Sin embargo, este grupo vulnerable sigue careciendo de un conocimiento preciso sobre el VIH y su prevención.
En fin, este final corta el aliento, pero no debe ser ignorado después de recobrarlo y seguir como si nada. El compromiso por seguir cosechando logros a favor de una vida digna para todos, no debe enfrentar el obstáculo de la indiferencia. Las cifras deben cobrar vida, tener rostros, para que las soluciones comiencen a derrotar las deficiencias en salud, educación, vivienda, y distribución de las riquezas.

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