Mi primera reacción es de satisfacción, al escucharlos hablar de deponer intereses partidistas en beneficio de los intereses comunes, de los intereses del Pueblo, de la democracia. Hace tiempo considero que la presente es una oposición partidista demasiado difuminada por sus propias miserias, lo cual le impide cumplir con su rol de fiscalizadora de la Cosa Pública y del manejo que hace el Gobierno Nacional de esta. Reitero, fiscalizadora, no entorpecedora.
Sin embargo, inmediatamente pienso que es a la Sociedad Civil organizada a la que le corresponde hacer este llamado, y a los partidos políticos ser los invitados. Y esto es así por una sencilla razón, los partidos políticos hacen una alianza temporal para enfrentar al gran adversario, el Gobierno Nacional, que tiene todos los recursos del Estado para hacer y deshacer a su antojo; pero, reitero, esa alianza es temporal y solo mientras logren desinflar al gobierno, o la fuerza de las circunstancias los aburran y terminen por coger, otra vez, cada uno por su lado. Además, son los gobernantes de antes, y alguno de ahora, y cuando alguno de ellos sea gobierno otra vez, igual habrá que hacerle ver que no es SU país y los que gobiernan hoy, serán oposición y serán entonces los que harán los llamados.
La Sociedad Civil, compuesta por grupos organizados de todos los sectores, incluyendo políticos, debe tener más cohesión y coherencia duraderas para llamar a esa gran mayoría, aparentemente indiferente, que no cree ya en partidos, ni en los que gobiernan ni en la oposición, pero que está siendo víctima del desangramiento económico y el engaño con cifras de desempleo, baja de la pobreza y un crecimiento económico “inflado por la ampliación del Canal” y que no se ve en la mayoría de la población.
Sin embargo, la gran pregunta es: ¿dónde está la Sociedad Civil ORGANIZADA? Para mí sufre de un enfriamiento severo, de un extraño Síndrome de Reacción Tardía (SRT) al grado más severo, cuando no de inacción permanente, con algunos despertares repentinos, como en el caso de los humedales, pero más nada. Ni un pronunciamiento, ya ni en los medios se les ve casi, demasiada precaución, no quiero pensar que es por miedo, y si es miedo, ¿a qué?
Por eso los partidos políticos, como se dice, le robaron el mandado a la Sociedad Civil, que no ha sabido aprovechar ni momentos estelares, como el que nos dio Monseñor José Domingo Ulloa con su Homilía en la versión 42 de la Cita Eucarística. Era un momento precioso para tomar sus palabras y convertirlas en el acicate necesario para forzar diálogo, discusión, análisis, foros donde exponer todas las preocupaciones que nos aquejan; para conformar ese frente por la democracia y hacerle así saber al gobierno que no se le quiere obstaculizar su gestión, pero tampoco se le va a permitir actuar como dueño absoluto de NUESTRO PAÍS.
No obstante, lo de hoy es lo que tenemos y debemos sacarle el mejor y mayor provecho, vigilando siempre que las intenciones no se desvirtúen y se vaya a convertir esto en un mero enfrentamiento entre partidos de gobierno y oposición y los demás, la gran mayoría, terminemos siendo tontos útiles, o inútiles, de uno y otro bando.
Tengo la esperanza de que clubes cívicos, ONGs, sindicatos, gremios de profesionales, iglesias, estudiantes y todos los panameños que amen este país y no estén solo por su provecho personal digan PRESENTE y no solo para hacer bulto. Que aporten ideas, que hablen, escriban, que no se convierta el frente en culto a ninguna personalidad, aunque cada uno de nosotros tenga el derecho a apoyar políticamente a quien considere que llena sus aspiraciones en ese campo. Pero en este momento, lo que se demanda es tener criterios sesudos que contribuyan a las soluciones, sin interés de pescar en río revuelto y mucho menos para pelearse quién se sienta en el centro de la mesa, y si hay problemas por ese puesto, buscamos una Bandera Nacional para que lo ocupe.
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