viernes, 16 de julio de 2010

"Cosas de mi Madre"

Hace tiempo una conocida me mandó lo que se suponía era un chiste..., pero cuando lo leí, no me dio risa de esa que nos provocan los chistes, solo pude esbozar una sonrisa, pues, me llené de mucha ternura... cuenta así...

Un día de la Eternidad, estaba Jesús en el Cielo conversando con los ángeles, cuando fue interrumpido por San Pedro, que, sudoroso y visiblemente molesto, le dice: "Señor, tienes que ver esto. Hay, allá, detrás del trono, un gran portillo por donde se están colando los pecadores de todas las clases".

Jesús se puso de pie y le dijo: "Vamos a ver"...

Al llegar, justo detrás del Trono, Jesús pudo comprobar lo que San Pedro le decía.

Miles de pecadores, hombres y mujeres, con todos los aspectos imaginables, se estaban colando; al ver a Jesús bajaban la cabeza, pero seguían avanzando, como llamados por "Alguien".

Jesús decidió asomarse por el portillo, entonces pudo ver un largo Rosario que llegaba hasta la Tierra y que era utilizado por la gente para subir al Cielo.

Entonces Pedro le dijo: "¿Qué tal, ¡eh!?, ¡lo voy a cerrar!".

Pero Jesús, visiblemente conmovido, le dijo:
"No, no Pedro..., déjalo así..., pues, esas son cosas de mi Madre".

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"Dios te salve María...". Para una Madre tan amorosa un saludo en este día... ¿Qué no hace una madre por sus hijos?

martes, 13 de julio de 2010

Tu libertad, mi libertad...

(Publicado en La Estrella de Panamá el 14 de julio de 2010)

Doris Hubbard-Castillo

Hoy, es un buen día para hablar de derechos, es un día que celebra Francia y todo el mundo libre, que cree en la democracia como mejor forma de vida.
Tengo muchas ideas en torno a los hechos relacionados con aquel 14 de Julio que todos celebramos con especial cariño, pero en este pequeño espacio solo voy a hablar de lo que significa, quizás hasta románticamente, para quien lo exalta, por lo menos para mí.

Me recuerda que los seres humanos somos naturalmente de espíritu libre, que ante las amenazas a esa libertad, ese espíritu se impone, como lo hace la misma naturaleza cuando el mar reclama su espacio.

Me recuerda que somos básicamente buenos, nadie, excepto muy raras excepciones —que las debe haber—, nace malo, malvado, perverso, son sus experiencias, sus primeros años de vida, quizás su entorno, quizás la decisión de serlo, lo que malogra, para quienes creen en Dios, una maravillosa obra de Sus Manos.

Me recuerda que mis derechos terminan en el punto exacto en el que comienzan los de mi prójimo y que no debo olvidar eso nunca; que debo respetar a todos, incluso —o con especial esfuerzo— a mis adversarios.

Me recuerda que debemos ser tolerantes, aún con esa mujer intensa que insiste en molestarnos con opiniones que no le hemos pedido; o con ese hombre que opina diferente a nosotros, pero con respeto defiende sus ideas, lo cual todos debemos defender; porque disentir es su derecho, vuestro derecho, mi derecho.
Feliz día a la Libertad... y a todos los espíritus libres.

viernes, 9 de julio de 2010

Miedo y cobardía

Doris Hubbard-Castillo

Para mí, no es lo mismo sentir miedo que ser cobarde. El miedo es un sentimiento, si se le puede llamar así, natural de quien está vivo y desea seguir estándolo, es parte de ese instinto natural de supervivencia que nos mantiene caminando.

La cobardía es propia de quienes se paralizan totalmente ante las amenazas —grandes o pequeñas— y prefieren agachar la cabeza, doblar espalda y rodillas, aunque estén recibiendo leñazos a diestra y siniestra.

El miedo nos obliga a reaccionar, a mantener la mente alerta ante cualquier peligro, sin ver fantasmas donde solo hay sombras, hace fluir la sangre con rapidez y por eso llega al cerebro, donde se generan las ideas y se da el origen de la razón.

La cobardía solo nos permite ver nuestros propios intereses y muchos son tan cobardes que ni para defender esos intereses son capaces de tener una reacción digna.

El miedo puede ser amigo perfecto de la dignidad, porque sentir miedo, es normal cuando hay quien o quienes nos amenazan, pero no por eso logran que perdamos la conciencia de quiénes somos, qué queremos ni mucho menos que cambiemos de ideas, de discurso, para sobrevivir.

Quien tiene miedo y pese a él se levanta, no es un súper hombre o súper mujer, es un ser humano con dignidad que no ataca, pero sabe defenderse, principalmente cuando su arma principal son las ideas, la palabra... Alguien dijo: "El valor no es la ausencia del miedo, sino el miedo junto a la voluntad de seguir". El mensaje tiene destino abierto.